Competitividad, inversión, capacidades humanas, desalarización del ingreso, teletrabajo, formación de trabajadores y reactivación de sindicatos son algunos de los retos que deben enfrentar las empresas en el país este 2022, así lo destacaron los expertos Maryolga Giran, presidenta de la Comisión de Asuntos Laborales de Conindustria, e Iván Acosta, director general de PGA Group.
Acosta destacó tres grandes desafíos para las empresas en Venezuela para este año. En primer lugar, la competitividad, es decir, Venezuela necesita ser competitiva a lo interno y a lo externo. “En lo externo, para poder exportar y seguir colocando productos internacionalmente bien sea petróleo u otros. Tiene que optimizar, potenciar y tener condiciones diferentes para poder seguir incursionando en mercados internacionales”, explicó.
Mencionó que la competitividad interna de las empresas tiene que reconfigurarse y ajustarse a la nueva dinámica del mercado venezolano, donde las ofertas son bastante amplias. “Hay que dar valor agregado, diferenciaciones, tiempos de respuesta, elementos propios que hagan que se potencie y optimice el funcionamiento empresarial para el año que viene. La competitividad va ser la clave, porque no hay un Estado que financie o subsidie una cantidad de cosas, sino que quedan las capacidades del país, de cara a lo externo; o de las empresas, de cara a lo interno, para poder prevalecer”, dijo.
El segundo factor que tiene que haber es inversión, señaló Acosta. “Tienen que darse condiciones para que cada vez más se estimule la inversión hacia Venezuela, bien sea por temas jurídicos, económicos, y para Venezuela represente una posibilidad cierta de inversiones de capitales y eso dinamice la economía”.
El tercer elemento que mencionó Acosta, tiene que ver con las capacidades humanas. “Venezuela ha perdido buen acervo de capacidades médicas, educativas, técnicas, tecnológicas, que hacen que Venezuela haya perdido espacio de competitividad significativamente grande. Por lo tanto, eso nos pone en un sitial de elementos donde Venezuela tiene que volver a construir o reconstruir una identidad económica que hoy no tiene”, subrayó.
Por su parte, Giran sostuvo que “en lo que respecta al personal, el reto es la retención, porque no se pueden pagar altos salarios en la empresa privada debido a la baja producción, la pérdida de mercado y la obsolescencia de equipos y productos con respecto a productos similares importados. Si a eso se le suma que hay una excepción de aranceles para productos importados terminados, lo cual crea una competencia desleal con la industria, indudablemente el reto de la retención, a través del salario,es bastante duro”, aclaró.
Destacó además que los trabajadores ya se acostumbraron a las divisas. “El dólar es la moneda de cambio normal en el mercado laboral, o por lo menos el anclaje al dólar, y ese uso del dólar sin una reglamentación oficial nos deja en un caos muy grande con respecto al cambio y a lo que debe ser la certeza del salario”, dijo.
Agregó que “desde el mismo gobierno se ha incentivado la desalarización del ingreso, porque el ingreso oficial está en 7 bolívares y 3 bolívares de cestaticket. Pero el gobierno otorga cualquier cantidad de bonos, que ha llamado salario social. Dejó el salario en manos del mercado, de la oferta y la demanda”.
Señaló que “cuando el gobierno da el ejemplo de pagar todos esos complementos a través de bonos, abre la puerta para que también se haga lo mismo en el sector privado, que se otorguen bonos que no forman parte del salario”.
Indicó que esos bonos muchas veces son en dólares. “Pero cuándo esto no ocurre se está incrementando el empleo informal, con todo el problema que eso trae para el propio trabajador, porque no tiene seguridad social, y tampoco suma al producto interno bruto, porque hay gente que no paga impuestos. Es una cadena de situaciones que estamos viendo que va a hacer un reto muy grande”.
A esto, Giran agregó las circunstancias globales como es el tema de la pandemia, junto con el teletrabajo, que ha venido “apagándose” un poco en Venezuela porque no tiene los atractivos suficientes que tienen en otras naciones. “En otros países se le dota a los trabajadores de un lugar de trabajo dentro del hogar, se le acondiciona y se le da el suministro, aquí eso no se ha hecho. También hay que tomar en cuenta que nosotros entramos en el teletrabajo de una manera abrupta, de un día para otro, y en un momento donde hay una gran descapitalización de las empresas como para poder hacer esa inversión”, manifestó.
También mencionó que los sindicatos tienen un reto muy importante, porque están “sumamente rezagados y atomizados”. Apuntó que hay 151 sindicalistas presos y que el movimiento sindical tiene el reto de retomar la fortaleza y el poderío que tuvo antes, cuando era realmente a una fuerza laboral, política y económica. “Eso es un reto porque están condenados a desaparecer si no se actualizan”, subrayó.
La formación de los trabajadores también representa un desafío para el año que inicia, porque si no se forman van a quedar excluidos de un mercado de trabajo, apuntó.
Giran recalcó que lo que se necesita para lograr estos retos es “un gran acuerdo social y político para reformar las leyes que haya que reformar. Por ejemplo, la Ley del Trabajo. Y lo segundo que necesitamos es educación de calidad, desde el preescolar hasta la universidad. Las academias tienen que modernizarse, hay que actualizar los pensum”.