La Academia Nacional de Ciencias Económicas aclaró el alcance y las limitaciones de la nueva reconversión monetaria, anunciada por el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Ejecutivo Nacional.
En tal sentido sostuvo que la nueva medida va a permitir salirle al paso a la enojosa escasez de efectivo que viene padeciendo por meses la población venezolana. De igual manera disminuye los costos transaccionales para los agentes económicos, permitiendo una más ágil facturación y procesos contables más simples para las unidades productivas.
Para las autoridades monetarias significará, por algún tiempo, una reducción importante de las piezas monetarias que tiene que poner en circulación, precisó la Academia.
Todo esto es factible y con beneficios transaccionales transitorios para la ciudadanía, argumentó.
Sin embargo, destacó que hay que tomar en cuenta que, en contraste con las dos reconversiones anteriores, en esta oportunidad la reconversión monetaria se da en el contexto de una economía ampliamente dolarizada, lo que reduce notablemente la incidencia de la moneda soberana. Mayores dudas emanan de la posibilidad de saltar en el corto plazo hacia una moneda con formato digital emitida por el banco central. En este sentido, la Academia hizo un llamado a las autoridades del BCV para que se dirijan al país y puntualicen la naturaleza y el alcance de esa transformación a formato digital de la moneda de curso legal.
«Si bien las monedas digitales de emisión centralizada son un asunto que está en la agenda de estudio en cerca del 80% de los bancos centrales en el mundo, también es cierto que su puesta en práctica aún enfrenta complejas dificultades tecnológicas y regulatorias. Por lo demás, en un país donde la conectividad no es estable, ya sea por las múltiples interrupciones en el servicio de energía o por falta de cobertura, los avances hacia el uso exclusivo de una moneda digital no parecen factibles en el corto plazo», agrega el documento emitido por la Academia.
Por otra parte, el comunicado destaca que “estamos convencidos que en Venezuela se puede poner en práctica un programa contra la inflación viable y creíble, con apoyo internacional, capaz de ofrecerles a los venezolanos las posibilidades de conquistar una vida digna para sí y para sus descendientes».