Millares de sacos de fertilizantes llenan galpones, entre tractores y maquinaria, listos para la siembra… pero son insuficientes. Una guerra a 10.000 kilómetros de distancia tendrá consecuencias en Portuguesa, región agrícola considerada el «granero» de Venezuela, reseñó AFP.
No es un caso aislado: la invasión rusa de Ucrania, ambos proveedores de fertilizantes para América Latina, abre una carrera en toda la región.
Venezuela corre con desventaja la carrera por los fertilizantes en América Latina
«10 26 26», se lee en sacos de fertilizante ruso usado por productores en Turén, estado Portuguesa. Esas cifras reflejan la composición química de las pequeñas esferas blancas que rellenan esos empaques: 10% nitrógeno, 26% fósforo y 26% potasio.
Cae un aguacero en el comienzo de la temporada de lluvias y es hora de preparar los suelos para sembrar maíz, vital en la alimentación de los venezolanos y base de las tradicionales arepas.
Rusia es el mayor exportador de fertilizantes del mundo, con ventas de 7.600 millones de dólares anuales en 2020, según el Observatorio Económico de Competitividad (OEC), prácticamente paralizadas por la guerra y las sanciones internacionales derivadas del conflicto.
Su producción cubría 12,1% de la oferta global.
Déficit
El 80% de las 180.000 toneladas métricas de fertilizantes requeridas anualmente en Venezuela se importaba principalmente de Rusia, pero también de Ucrania y Bielorrusia, según la institución gremial de productores agrícolas, Fedeagro.
«Gracias a Dios logramos comprar fertilizantes de Rusia en rondas de negocios los meses de octubre y noviembre, pagamos en diciembre y pudieron llegar en los meses de febrero y marzo», comenta a la AFP Celso Fantinel, presidente de Fedeagro.
Fantinel alerta, sin embargo, sobre un déficit equivalente a un tercio de la demanda. Y ya no hay tiempo para cubrirlo: el clima no espera.
«Estamos produciendo al 30% de nuestra capacidad» tras una profunda caída por la crisis económica de los últimos años «y, aun así, ese 30% no tiene los fertilizantes completos», lamenta en Turén Ramón Bolotín, presidente de la Asociación de Productores Agrícolas Independientes (PAI).
Con información de AFP