Un amigo le apostó a otro que podría dibujar en una pared un círculo perfecto sin antes practicar y lo retó a grabarlo mientras lo hacía. La incredulidad de ambos, el apostador cumplió su cometido y eso provocó una sonora carcajada. Vea lo ocurrido.
Un amigo le apostó a otro que podría dibujar en una pared un círculo perfecto sin antes practicar y lo retó a grabarlo mientras lo hacía. La incredulidad de ambos, el apostador cumplió su cometido y eso provocó una sonora carcajada. Vea lo ocurrido.
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