Problemas de salud lo hicieron encontrarse con el pincel. Obligado a dejar de manera temporal la arquitectura, Víctor López hizo de la pintura un oficio al que hoy dedica buena parte de sus días, y en el que ha encontrado espacio para los trazos y estructuras que le enseñó su profesión.
En acrílico sobre lienzo, y casi siempre con elementos que agregan textura y cinetismo, este pintor venezolano plasma en diversidad de tamaños y colores su amor y su fe por el país. Un territorio que en forma de mapa, ofrece como opción para afianzar y mantener vivo el sentido de pertinencia y que muestra en @vart.paint.
Es un buen regalo para el que tiene que salir del país y para quien se queda, le asegura Víctor a HispanoPost.
Hay un elemento movilizador detrás de la obra de este pintor. Buena parte de las ganancias por la venta de sus piezas, va destinada a la organización de jornadas de repartición de comida para niños en situación de calle. Iniciativa que comparte con su familia más cercana.
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