“No podemos llevar a la educación al futuro si no traemos a los educadores al presente”, afirma con convicción María Carolina Orsini, directora ejecutiva de la Asociación para el Desarrollo de la Educación Integral y Comunitaria (ASEINC), una organización civil sin fines de lucro que acaba de cumplir 15 años diagnosticando, diseñando e implementando programas educativos con enfoque psicosocial y soporte complementario de alimentación e higiene para niños, adolescentes y docentes de sectores vulnerables.
Es un proyecto de transformación en cascada que comienza con los maestros de las zonas rurales y deprimidas porque su principal objetivo es reducir la brecha socioeducativa y de aprendizaje que existe en Venezuela: ASEINC contribuye a consolidar la formación de los profesores de las escuelas públicas en áreas fundamentales del conocimiento como lenguaje y matemáticas para lograr que esa educación tenga el mismo nivel académico que en las instituciones privadas.
“La educación es un trabajo de gestión y gerencia en las comunidades. Para ASEINC los docentes son la joya de la corona y nuestro reto es tratar por todos los medios de mantener motivados y esperanzados a los maestros a pesar de todo el contexto difícil y el reto que representa para ellos la sostenibilidad de sus familias. Que entiendan la importancia que tienen para el desarrollo de Venezuela, del país”, señala Orsini.
Al rescate de los niños
Desde su creación en el año 2009 ASEINC ha logrado impactar en la educación de 172.000 niños, niñas y adolescentes; también ha contribuido a consolidar la formación de 5.858 docentes. Actualmente tiene presencia en 16 estados del país, en 495 escuelas y 890 comunidades deprimidas. No obstante, entre todas las impresionantes cifras de su labor destaca una: ha logrado que 7.200 niños y niñas que estaban fuera del sistema educativo volvieran a las aulas, al grado que les correspondía, después de nivelarlos durante siete meses.
“Me levanto todos los días agradeciendo a Dios la presencia de cada uno de nuestros equipos en los estados, sabiendo que ese día van a cubrir grandes distancias a pie, bajo un sol inclemente, que van a llenarse de polvo y de barro, que van a remar dos horas en un río para llegar a esa escuela, a acompañar a ese docente en la formación de los niños de este país”, destaca la directora ejecutiva de ASEINC.
Uno de los programas estrella de esta asociación civil es Aula 20 que se creó específicamente para ofrecer una actualización a los docentes en lenguaje y matemáticas usando aplicadores pedagógicos y acompañamiento hasta que alcancen la nivelación y los estándares requeridos. Los maestros deben validar sus conocimientos académicamente y quedan certificados.
«Cuando los niños se sienten amados estudian mejor»
Diana Acosta, directora de operaciones de ASEINC, explica que todos los miembros de la comunidad educativa se involucran en el proceso, incluyendo los padres. “Hemos incorporado equipos de psicólogos para los niños y los adultos, docentes, papás y mamás. Ofrecemos primeros auxilios psicológicos, los enseñamos a hacer contención. Para nosotros la parte emocional de toda la comunidad educativa es muy importante en estos momentos”.
Una de las principales fortalezas de la organización es que desarrolla programas curriculares sostenibles en el tiempo que pueden adaptarse a contextos particulares y que son objeto de constante evaluación y adecuación. Lo describen como un proceso dinámico que transforma a los colaboradores de ASEINC, a los niños y los padres.
Para esta organización, la gerencia educativa también es de vital importancia, por ese motivo crearon una escuela de directores para formar recurso humano en liderazgo, toma de decisiones y actividades socioproductivas.
“Hemos cumplido el sueño de llegar a la Laguna de Sinamaica, de remontar el Delta del Orinoco, a escuelas que quedan a tres horas de distancia navegando. El querer, el respetar, lograr esa empatía con el otro ha sido nuestro pilar fundamental”, sentencia con visible emoción Acosta.