Pese a la escasez de gas licuado de petróleo (GLP) o de bombona, han aumentado los accidentes por causa de fugas y explosiones del combustible en varias zonas del país.
Fuentes del sector petrolero advirtieron que las condiciones inseguras en toda la cadena de producción y distribución de GLP son una bomba de tiempo para la población, dado los riesgos de que ocurran accidentes.
Los consultados aseguraron que los medios de comunicación solo reflejan los accidentes que no se pueden ocultar por su magnitud. Como ejemplo están los siniestros del 6 de enero y 11 de marzo de este año, con saldo de 1 y 2 fallecidos, respectivamente. El l 25 de marzo también hubo un accidente y 5 personas resultaron heridas.
Las fuentes indicaron que entre 2016 y 2019, 50 personas murieron a causa de accidentes de gas.
Problemas en Jose
Eudis Girot, secretario ejecutivo del Sindicato Petrolero, señaló que los problemas comienzan en la planta de procesamiento de GLP en el complejo criogénico de Jose, estado Anzoátegui.
Allí, explicó, llega el gas separado del crudo de los yacimientos de hidrocarburos de Monagas y Anzoátegui.
En Jose, el gas es fraccionado para separar los distintos productos como propano, butano, isobutano, butano, normal etano y metano, entre otros. De esos componentes, los adecuados para su uso como combustible son el propano y el butano, que mezclados se envasan en la bombona, agregándole mercaptano que le da al gas el característico olor a huevos podridos para detectar escapes que con una chispa pueden ocasionar explosiones.
Girot destacó que la falta de mantenimiento y la aproximación de la vida útil de los pozos petroleros han afectado la calidad del gas. Esto hace que al GLP en Jose le incorporan actualmente isobutano y normal etano, que son dañinos para la salud.
El sindicalista refirió que en el procesamiento del gas no se cumplen las especificaciones técnicas establecidas para proteger la salud de las personas. En este sentido, precisó, hay que extraerle al gas elementos contaminantes y azufre.
Esto se realiza con los micro tamices de filtrado, de los cuales carece la instalación de Jose, a lo que se suma la falta de glicol.
Girot resaltó que la población recibe un gas muy malo que, además de provocar daños a la salud, contiene mucha agua, lo cual explica las quejas de los consumidores de que la bombona no rinde como antes.
Fuentes del mercado interno de derivados de hidrocarburos -que pidieron guardar su nombre en reserva – alertaron sobre el riesgo de las bombonas en mal estado.
«En Venezuela circulan 15 millones de cilindros y muchas presentan pequeñas fisuras, están oxidadas o deterioradas, producto de los golpes que reciben en los camiones al transportarla. Otros elementos, como las válvulas, también están en malas condiciones», aseveró un consultado.
Otra fuente indicó que la última revisión de bombonas con pruebas hidrostáticas se realizó hace 9 años. «Esas bombonas defectuosas representan un peligro para los usuarios porque tienen la condición de generar accidentes con lesionados y fallecidos, además de los daños materiales», insistió la fuente.
Indicó que 83% de la población utiliza GLP en sus distintas presentaciones -cilindros de 10,18,27,43 y 500 kilos, respectivamente- y del porcentaje antes mencionado, 70% corresponde a la bombona popular de 10 kilos.
Por su parte, Girot destacó que el abastecimiento de GLP al mercado interno es crítico, pues los inventarios están muy bajos en Jose (5.143 barriles) y las refinerías no están produciendo el combustible. Recordó que el consumo de GLP en el mercado interno es de 50.000 barriles diarios.
No olvide ver nuestros reportajes en: www.hispanopost.com