El empobrecimiento de la clase media como consecuencia de la crisis económica y la pérdida del poder adquisitivo lleva a muchas personas a vender sus pertenencias como ropa, calzado, joyería y artículos del hogar entre otros, aseguraron afectados que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
«En los últimos dos años una forma de subsistir es ofrecer perfumes y colonias usadas de marcas muy reconocidas y exclusivas», dijo un consultado.
De manera individual o mediante distribuidores, la oferta se realiza a través de páginas web comercializadoras, grupos vecinales de WhatsApp, mercados de los corotos y ventas de garaje.
Según las fuentes, esta actividad está imbuida en la economía informal y el emprendimiento. «Me quedé sin trabajo y cada vez es más difícil pagar las cuentas, así que recurrí a mis perfumes para salir a flote», contó una residente del este de Caracas.
Otra consultada explicó que tuvo una emergencia médica que el HCM muy bajo no podía cubrir. «El resto del gasto de la clínica provino de la venta de las prendas, cristalería y los perfumes que tenía», refirió.
En su caso, vendió cinco fragancias «super exclusivas» por casi 400 dólares.
Las ofertas de los perfumes y colonias para damas o caballeros incluye prestigiosas marcas como Carolina Herrera, Dior, Nina Ricci, Paco Rabanne y Givenchi, entre otros.
El precio de la mercancía depende de que tan costosa es la marca y la cantidad que queda en el frasco.
«Ofrecí un extracto (Miss Dior-Chase Jadore) con solo el fondito del envase a diez dólares en una venta de garaje», narró una vecina en La Florida.
En varios mercados de los corotos de Caracas, los vendedores refirieron que esos “perfumes finos” a medio usar tienen salida.
Caen las ventas por catálogo
Consejeras y vendedoras de cosméticos y perfumes a domicilio por catálogo señalaron que desde 2016 y con más fuerzas en la pandemia de la COVID-19, la clientela bajó significativamente.
«Muchas clientes me dijeron que no podían seguir comprando productos porque el sueldo era para comprar comida», advirtió una representante.
Esto llevó a ofrecer las fragancias, cosméticos y cremas de belleza en puestos ambulantes en las aceras caraqueñas y/o en los grupos de WhatsApp.
«La mayoría de las vendedoras -amas de casa y trabajadoras que se redondeaban con la venta de los productos- bajo mi coordinación se fueron del país», dijo una consejera en San José.
Agregó que las existencias guardadas las vende por WhatsApp y especialmente en fechas como Navidad y los días de los Enamorados, de la Madre o el Padre.
En las aceras caraqueñas, los buhoneros comparten el puesto de comida y artículos de aseo personal y del hogar con cosméticos y perfumes, algunos de ellos de marcas de catálogo.
«Tengo una clientela fija y de confianza a la que le vendo cosméticos y fragancias por el sistema de apartado que aplican en las tiendas. Las clientes me pagan el monto en tres o cuatro partes», dijo una vendedora en la avenida Panteón.