La centroizquierda chilena resultó vencedora de las elecciones regionales en Chile celebradas este domingo 13 de junio, en las que obtuvo la mayor parte de las gobernaciones, incluida la de Santiago de Chile, con el 99,3% de los votos escrutados.
El pacto de Unidad Constituyente (izquierda y centro) logró el poder sobre la capital, en la que el candidato Claudio Orrego se impuso por un 52,6% de los votos, y se quedó con 10 de las 16 regiones del país, ocho de ellas obtenidas en balotaje y dos en primera vuelta.
La candidata del Frente Amplio (FA), Karina Oliva, logró el 48,3%, en la pugna por gobernar Santiago de Chile, la principal contienda de las elecciones regionales.
Es la primera vez en la historia que Chile elige a sus autoridades intermedias, antes eran nombradas por el Gobierno, por lo que se consideran unas elecciones cruciales hacia la descentralización del país.
Los elegidos tomarán posesión el próximo 14 de julio para un período de cuatro años.
Con información de DW