La radicalización total de la cuarentena en Venezuela por tercera semana consecutiva por parte de la administración de Nicolás Maduro desvela lo que parecía ser un secreto a voces: la COVID-19 se desbordó en el país y los centros de atención sanitaria no se dan abasto para atender a los pacientes que se multiplicar a diario. Se fortalece, entonces, el llamado que hacen los gremios y en especial los trabajadores de la salud de implementar urgentemente un plan eficiente, equitativo y real de vacunación, así como que se autorice el ingreso al país de las vacunas previamente acordadas para ser adquiridas a través del mecanismo de Covax.
En entrevista con HispanoPost, el virólogo José Esparza reiteró que situación real de la COVID-19 en Venezuela es desconocida. “Lo que sí sabemos es que los números que ofrece el gobierno, no representan la verdadera gravedad de la pandemia. Algunos cálculos sugieren que el número de casos y de muertes es probablemente entre siete y diez veces mayor de lo que el gobierno reporta. Los hospitales están colapsados, las unidades de cuidados intensivos están usadas al máximo. De hecho, esta pandemia de la COVID se añade a una tragedia que está viviendo Venezuela desde hace varios años, que es una crisis humanitaria compleja”.
Similar es la opinión del médico epidemiólogo y exministro de Salud, Rafael Orihuela: “Desde finales de octubre de 2020 advertimos al régimen que la baja incidencia aparente de casos de COVID-19 en Venezuela obedecía, fundamentalmente, a la no realización masiva de pruebas PCR y que debía aplicarse un factor de corrección (x8) de los casos reportados. Esta corrección nos acercaba al número real de enfermos asintomáticos o no en todo el país. Hacia fin de noviembre advertimos del riesgo que significaba la movilización indiscriminada de personas y el riesgo de que comenzase a incubarse una nueva ola de COVID. Lo mismo ocurrió con el feriado de Carnaval”.
El pasado domingo 4 de marzo, luego que Maduro anunciara la extensión de la cuarentena radical por un lapso de siete días más, Delcy Rodríguez designada como vicepresidenta de la República, anunció 1.786 nuevos contagios, que se suman a los más de 166.000 casos detectados en el país, desde marzo del año pasado, según los datos ofrecidos por ellos mismos.
Esta situación, a juicio del presidente de la Academia Nacional de Medicina (ANM), Enrique López Loyo, confirma la necesidad de abrir espacios que “no eran de atención para COVID y habilitarlos para estas circunstancias tan difíciles”. “La verdadera razón por la que las autoridades venezolanas hacen una radicalización mayor es porque es preocupante la manera como ha resurgido la infección por COVID-19 en Venezuela, se ha desbordado, se encuentra en todos los espacios”, afirmó.
Aseguró que la sobrepoblación de los centros de atención médica ha forzado que “familias enteras que están en sus casas padeciendo las circunstancias y muchos no se acercan a centros sanitarios y esto ha creado un mercado secundario de alquiler de concentradores y rellenado de oxígeno, que ha golpeado muy fuerte la economía venezolana”.
Realidad a medias
Esparza aseguró que desde la administración de Maduro buscan disminuir la información sobre lo que sucede: “El gobierno trata de ocultar esa tragedia, que ya se hace inocultable para el venezolano que la vive día a día. En vez de tomar las medidas necesarias que se han debido tomar hace mucho para combatir la pandemia, está el gobierno promoviendo el uso de medicamentos que no tienen ningún valor científico, como las famosas gotitas milagrosas de José Gregorio Hernández o Carvativir, que es un brebaje que no tiene ningún valor médico”.
Para Orihuela, el agravamiento de la situación está asociado a los “descuidos en las medidas de control y distancia social en navidades y Carnaval, lo que catapultaron esta segunda gran ola de contagios e incrementó del número de fallecidos”. “Si aplicamos el factor (x 8), estamos hablando de 14.000 casos diarios, en este nuevo pico. Llegados a este momento ascendente de la pandemia, solo la vacunación masiva puede ser útil para cortar la transmisión a fecha de hoy”, indicó.
Esparza insistió en que “la tragedia que estamos presenciando es que una vez que establecimos la demanda para la vacuna, no hay vacunas y el gobierno por negligente no hizo los trámites para que vinieran al país vacunas de reconocida seguridad y eficacia”. “Muy pronto creo que la proposición del gobierno va a ser que complementemos las famosas gotitas de José Gregorio Hernández con una vacuna de dudosa efectividad que nos será enviada desde Cuba”, agregó.
Acuerdo definitivo para la vacunación
Los tres especialistas fueron reiterativos en la urgencia que tiene Venezuela de que se llegue a un acuerdo definitivo con respecto al cronograma de vacunación. López Loyo indicó que es necesario el plan de vacunación para que disminuya la velocidad de contagio, la posibilidad de infecciones de curso severo y la mortalidad.
“La situación de las vacunas de Covax es que sobre la mesa tenemos un número limitado de dosis. 200.000 dosis e llegaron primero de la Federación Rusa, luego le sumamos 500.000 que, según la información oficial, fueron donadas por Sinopharm y hace una semana se anunció la llegada de 50.000 dosis más. De manera que, aún no cubrimos ni siquiera el 1,5% de la posibilidad de vacunación en Venezuela”, indicó.
Aseguró que se necesitan 30 millones de dosis para vacunar al menos a 15 millones de venezolanos mayores de 16 años. “Es una estrategia internacionalmente válida, epidemiológicamente correcta. Hacemos un llamado a las autoridades para que hagan todo lo posible para que los recursos estén focalizados a la importación de vacunas que han sido exitosas en todo el mundo”, dijo.
También para Orihuela la respuesta de Maduro ha sido engañosa: “La promesa del mecanismo Covax está trancado por un subterfugio o tecnicismo del régimen con argumentos no válidos. Además, está la oferta engañosa de Maduro, con fines políticos, de traer de Rusia 200 millones de dólares en vacunas producidas allí, de las cuales no se ha visto la primera. Esto sumado a la grave irresponsabilidad demagógica de negar la vacuna al personal de salud venezolano y darlas a policías, parlamentarios, afectos al régimen, entre otros”.
Esparza reiteró que la esperanza de los venezolanos radica en este posible cronograma de vacunación. “Que se inicie de inmediato un plan masivo de vacunación, que esté guiado por evidencia científica y por la equidad. Maduro quiere introducir al país las supuestas vacunas cubanas, que todavía no sabemos las características de dicha vacuna y menos confiamos de una calidad comparable a las vacunas que se están utilizando en otros países del mundo. Ahora estamos en una situación que llamaría una tormenta perfecta”.
Añadió que la mayoría de los venezolanos está consciente de la necesidad de tener acceso a la vacuna. “Hay un clamor nacional que no es solamente la Academia Nacional de Medicina, sino también las sociedades científicas, los gremios, los periodistas y más aún hay manifestaciones populares en diferentes lugares de Venezuela pidiendo acceso a la vacuna”.
Cifras lamentables
De acuerdo con lo informado desde la administración de Maduro, en Venezuela se han reportado 166.123 casos positivos de COVID-19 desde que se decretó la cuarentena en marzo de 2020. Asimismo, se han recuperado más de 150.000 pacientes y otros 1.662 han perdido la vida.
En el reporte del fin de semana, se anunciaron 1.786 nuevos casos y 15 fallecimientos. Delcy Rodríguez informó que, según sus cifras, actualmente persisten 13.172 casos positivos activos. En un lapso de un mes se reportaron más de 9.000 casos, pues en marzo fueron detectados 21.381 contagios en comparación con los 12.189 de febrero.
Sobre el fallecimiento de personal de la salud por COVID-19, Cotejo.Info publicó recientemente un trabajo de investigación recabado por Médicos Unidos de Venezuela (MUV) entre el 16 de junio de 2020 y el 28 de febrero de 2021, en el que se contabilizaron 349 decesos en el sector.
La mayoría de los fallecidos oscilan entre los 27 y 87 años, aunque se desconoce la edad de 76,22% de los que han muerto. Mientras, la administración de Maduro solo ha reconocido 20 fallecimientos en el sector salud hasta la fecha, según lo expuesto en dicha investigación.
Por ello, ante la agudización de la crisis por la COVID-19 en el país, los especialistas recomendaron extremar las medidas de bioseguridad y prevención conocidas desde el inicio de la pandemia: distanciamiento social, aislamiento, uso de métodos de barrera como la mascarilla o tapabocas y la careta protectora, reforzamiento de las medidas de higiene y lavado de manos.
“Con una población depauperada que tiene que salir a la calle todos los días a ganarse la vida y el gobierno que lo ha utilizado de manera criminal para aumentar el control de la población, la recomendación que podemos hacer ahora es entender que esta es una pandemia que se sobreañade a la crisis humanitaria compleja que vive Venezuela desde hace muchos años. El comportamiento de la pandemia en el futuro de Venezuela va a depender en gran medida del comportamiento de nosotros mismos”, concluyó Esparza.