A pesar del ánimo que le dieron sus compañeros y los rivales del combinado de Juan Antonio Pizzi, el astro rosarino rompió en llanto por la tercera derrota en duelos decisivos y ante la imposibilidad de obtener un trofeo con la camiseta albiceleste a pocos días de cumplir 29 años.
Más allá de haberse destacado a lo largo del certamen y convertirse nuevamente en bandera del conjunto nacional, el «10» sintió una profunda decepción por otro fracaso futbolístico y lo evidenció con su descarga. Para colmo de males, fue uno de los dos jugadores que falló en la tanda decisiva de lanzamientos desde los doce pasos (el otro fue Lucas Biglia).
