El concepto de Cat-Café nació en Japón, donde la afición por los gatos es difícil de combinar con los estrictos requisitos para rentar un departamento. En la sobrepoblada ciudad de México, Marco Sotomayor y Esther Garcilita retomaron el concepto para atender las necesidades de rescate y adopción de los miles de gatos callejeros que se encuentran en la metrópoli.
A La Gatería asisten los capitalinos para convivir con alguno de los felinos que se encuentran en ese momento en adopción, todos son animales adultos esterilizados y que han pasado todas las pruebas para determinar que están totalmente sanos. La convivencia ayuda a socializar a los que fueron gatos de la calle y así lograr un proceso de adopción más sencillo, con lo cual le han encontrado hogar a más de doscientos gatos.
