Desde la llegada de la COVID-19 a Venezuela el pasado 13 de marzo del año 2020, la actividad económica ha disminuido por las restricciones laborales que sufren las empresas del país. En medio de la crisis sanitaria, el sector privado no ha contado con políticas económicas eficientes que contribuyan a superar la coyuntura. Al mismo tiempo, han tenido que afrontar el incremento desproporcionado de los impuestos municipales y los gastos de aseo urbano.
Tiziana Polesel, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), aseguró que es necesario que los gobiernos municipales tiendan una mano a los distintos sectores del país, con el fin de fortalecer la economía nacional.
“No podemos olvidar que los impuestos municipales es un porcentaje de los ingresos brutos de los comercios y esto ha sufrido probablemente uno de los incrementos más altos, justo dentro de los meses de la pandemia. Entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020 los impuestos municipales aumentaron en algunas alcaldías de 0,35% a 4,50% sobre los ingresos brutos, eso equivale a 1.285%. En otras alcaldías el aumento fue 0,50% a 6% igual a 1.200%, o de 0,30% a 4%, que corresponde a un incremento de 1.330%”, detalló.
Explicó que estos incrementos no solo tienen un impacto en las estructuras de costos de los negocios, sino que también impacta el bolsillo del consumidor final.
“Debemos considerar que un establecimiento comercial al que se le prohibió abrir durante muchos meses y luego se le permite abrir 7 días sí y 7 días no difícilmente tiene manera de recuperarse con estos incrementos, porque los comerciantes han tenido que seguir pagando nóminas, han tenido que seguir pagando una serie de gastos y se le han incrementado los impuestos y eso tiene una repercusión en el manejo del negocio”, explicó.
Recordó que el sector privado venezolano no cuenta con líneas de crédito bancario, debido al alto porcentaje del encaje legal establecido por el Banco Central de Venezuela y eso ha traído como consecuencia que muchas empresas no hayan podido cancelar sus obligaciones, siendo penalizadas por pagos extemporáneos y, en algunos casos, han recibido medidas de embargo.
“Algunos negocios solo trabajan 14 días al mes, además le sumamos la baja facturación. El pago de los impuestos exacerbados compromete al sector y los márgenes de ganancia son muy estrechos, cuando los hay. Por ello, es fundamental que se suspendan las multas generadas en el año de pandemia, y se establezcan costos coherentes”, indicó.
Señaló que, gracias a la presión de las distintas cámaras de comercio del país, algunas alcaldías han aceptado dar descuentos. Sin embargo, esto no soluciona el problema de fondo.
“Sabemos de algunas alcaldías que luego de reunirse con los representantes de las cámaras de comercio les han dado el 50% de descuento, pero esto es dramático, porque el problema no se soluciona, ya que es un descuento que puede ser eliminado en cualquier momento. Eso francamente no lo consideramos ni oportuno ni justo, porque lo lógico sería, antes de haber fijado las alícuotas, por lo menos sentarse y conocer cómo funciona el comercio en la zona”, dijo.
Denunció que los impuestos que se pagan en el estado Delta Amacuro son más elevados que los cancelados en el estado Miranda. “Hay una inconsistencia importante con el tema de los impuestos municipales”, apuntó.
Aseo urbano
En referencia al aseo urbano la dirigente gremial explicó que hace 25 años el servicio lo pagaba directamente el Estado, luego los municipios y concejos municipales. Después se creó la Ley de Concesiones, que permitió que las tarifas fuesen cobradas a los usuarios. En la actualidad, las alcaldías establecen cómo se distribuirá el pago del servicio de aseo urbano, el porcentaje que se debe cargar al sector comercial y al residencial.
La representante de la cúpula del comercio y los servicios presentó un cuadro comparativo con dos países, Canadá y España, del costo de la recolección de los desechos sólidos en relación a los ingresos brutos. Se tomó como muestra un negocio con características similares: número de trabajadores, tipo negocio, cantidad y calidad de desechos, ubicados en la capital del país y que operan con los mismos estándares de auditoría y supervisión.
“En la ciudad de Toronto, Canadá, un negocio puede pagar de aseo urbano 0,66% de sus ingresos brutos. En Madrid, España, 0,42%; mientras que en Caracas, Venezuela, antes de la pandemia era 8% y en este momento en promedio alcanza 22% y en algunas alcaldías el pago llega a 29%”, precisó.
Indicó que estas cantidades llaman profundamente la atención. “Esto es un llamado a las alcaldías, porque la responsabilidad de la contratación de las empresas de aseo o la responsabilidad de ejecutar las labores de aseo por las propias alcaldías los hace a ellos responsable de una medida como esta. Son ellos los que deciden cómo será el proceso de recolección de aseo, quién lo va a hacer y las tarifas. Es muy importante y que se tome conciencia de lo que significa para un establecimiento comercial y de servicios esta desproporción, incluso dentro de los estándares internacionales de lo que significa el cobro de los servicios”.
Precisó que, en enero de 2020, en Venezuela “las empresas pagábamos el 1.200% de aseo urbano más que en Toronto. En enero de 2021, en nuestro país gastábamos el 3.000% por encima de Toronto. En algunas ciudades del interior estos costos pueden ser superiores a los de la capital”.
Reveló que los comercios venezolanos presentan uno de los indicadores más bajos del mundo con respecto al movimiento comercial en pandemia. “La mayoría de los países ya han ido incorporando las actividades comerciales y nosotros lamentablemente no hemos podido hacerlo por una medida que se denomina 7+7”.
Para finalizar, la empresaria aseveró que está situación está afectando al comercio y a los prestadores de servicios porque muchas compañías prefieren cerrar o migrar hacia la informalidad, por la imposibilidad de cubrir todas sus obligaciones.