Convocatoria a revocatorio podría forzar la unión de la oposición, dicen analistas

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El Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó, el pasado lunes en la noche, tres solicitudes que podrían conducir a la activación de un referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro. Las solicitudes fueron impulsadas por el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover), Todos Unidos por el Referendo Revocatorio y el Comité Ejecutivo Nacional de Confedejunta, en conjunto con el Comité de la Democracia Nacional como Internacional.

Desde el Poder Electoral se explicó que: «Los grupos declaran su intención de constituirse en promotores de una solicitud de activación del referendo revocatorio, que es el primer paso de acuerdo con lo establecido en las normas para regular la promoción y solicitud de referendos revocatorios de mandatos de elección popular».

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No obstante, esto no supone la apertura directa del revocatorio, pero sí la posibilidad de activar el mecanismo basándose en el artículo 72 de la Constitución, que establece que todos los cargos de elección popular son revocables a partir de la segunda mitad de su mandato. Para activarlose requiere la firma de al menos 20% de los electores del país.

Por los momentos son varios los que no se han pronunciado entorno a estas solicitudes. Se espera la decisión de los dirigentes opositores, así como de otros actores, como los gremios, universidades e Iglesia. Las opiniones son encontradas. Están quienes aseguran que una nueva derrota en este campo consultivo, como ocurrió en 2003 y 2016, podría desmotivar el voto popular de cara a 2024 para las presidenciales, mientras que aquellos que defienden la iniciativa buscan sumar fuerzas.  

Ante esta situación, Nicmer Evans, portavoz del Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover), considera que se ha logrado una “primera victoria”: “Ya hemos tenido una primera victoria temprana, no podemos magnificarla, pero tampoco podemos disminuirla. El hecho de que no se vaya a recoger el 1% de las firmas iniciales, que es una cosa que no está en la Constitución y no debió estar nunca en la norma, es una victoria, por lo que vamos directo al 20%. Ahora la discusión se centra en las normas que van a regir ese 20% y estamos pugnando para que no sean firmas, sino para que sea a través de centros electorales abiertos y con máquinas captahuellas. Eso estaba preaprobado para 2016”.

Por su parte, Félix Seijas, estadístico y director de la encuestadora Delphos, considera que el revocatorio “es un punto en el camino que no se puede evadir, hay que abordarlo. Hay que construir una narrativa, fijar una posición y comunicarla bien. Es complicado saber si la oposición está caminando sobre esta opción en bloque, dado que no existe una estructura como antes, como lo era la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y esa estructura de referencia que la gente identifique”.

Como una herramienta de unión

Pese a que ambos discrepan en un par de opiniones sobre el revocatorio, en lo que sí están de acuerdo Evans y Seijas es que la oposición debe lograr acuerdos, bien sea para la realización o no de la consulta, como para las presidenciales de 2014. A juicio de los especialistas, esta oportunidad podría obligar a los factores de oposición a que se unan en torno a un fin común.  

“Un referendo no va a ocurrir si no hay un acuerdo o una negociación detrás de ellos. Esa negociación, ya estamos finalizando enero, y lo de México sigue en stand by, es decir, difícilmente se vaya a avanzar en eso, además que es algo que al gobierno no le conviene, por lo que si lo evade es mejor. La oposición no tiene nada a cambio, no es lo suficientemente fuerte como para que de esa negociación pueda terminar ocurriendo esto”, sostuvo Seijas.

En cuanto a que revocatorio falle, señaló: “Es un mecanismo que podría generar algún tipo de desánimo, decepción. Puede reforzar la idea de que el gobierno puede hacer lo que le da la gana, que es déspota y contra él no se puede luchar. Cosas en las que se ha podido avanzar en las elecciones pasadas, que pudieran mostrar un retroceso en la percepción de las personas”.

Mientras, Evans tiene una visión un poco más positiva de los resultados de dicha iniciativa: “Sin duda alguna hay temores entorno a la convocatoria del revocatorio, fundamentalmente en los sectores políticos partidistas, de un nuevo fracaso. Algunos sectores no se han terminado de pronunciar en ese sentido, aunque están avanzando de manera más rápida en asumir posturas. Pero el riesgo al fracaso y al saldo político que esto podría conducir es la preocupación fundamental, porque se piensa que no se debe defraudar más a la gente. Bajo ese criterio tenemos una visión absolutamente distinta”.

Aseguró que desde Mover no se busca jugar con las expectativas del electorado. “Nosotros no vamos con falsas expectativas e intentamos ir con los pies en la tierra. Claro que será difícil la activación del revocatorio y, seguramente, ellos harán todo lo posible por evitarlo. Tendrán que ser ellos los que nos arrebaten el derecho a revocar. No, nosotros que entreguemos el derecho que debemos disputar. Si hay factores que se niegan a participar, habrá que evaluar el impacto de esta negación”.

2024 es la meta

Evans insistió en que lograr acuerdos sobre el revocatorio podría favorecer la visión de la sociedad sobre el panorama político nacional. “Lo que desestimula la participación de 2024 es que no haya unión. El revocatorio está forzando la unión de la oposición, porque está acelerando los procesos de ponernos de acuerdo en cuanto a la participación en este evento y la necesidad de buscar los consensos o mecanismos necesarios como las primarias, para poder escoger a un candidato para esa transición de las elecciones de 2024”.

Reiteró que la simpatía hacia el oficialismo ha disminuido considerablemente: “Podría comparar la viabilidad del resultado de este año, en cuanto a 2003 y 2016. En relación con 2003, el hecho principal es que las condiciones políticas adversas a Maduro son bastante claras, 80% de rechazo o más de su gestión. En aquel momento Chávez no tenía esas condiciones. En 2016, hubo una convocatoria retrasada, que la hizo un actor político, en este caso Henrique Capriles Radonski, y las condiciones contradictorias en el chavismo eran muchísimo menores a las que tenemos en este momento”.

No obstante, a juicio de Seijas, se necesita concentración y organización de parte de la oposición. “Creo que es una opción bastante arriesgada porque se puede hablar de muchos detalles técnicas, como las trabas que se pusieron en 2016: que el 20% debe ser por estado, una cosa absolutamente ilógica. Pero son las trabas que ponen y demuestran lo sencillo que es boicotear una herramienta como lo es el referendo revocatorio. La oposición tiene que concentrarse en el objetivo primario que es la elección de 2024. Todo lo que se haga tiene que ser en función de ello, incluso en el tema del referendo, y lo que se vaya a hacer tiene que estar pensado en base a la elección presidencial de 2024”.

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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