El Observatorio Venezolano de Finanzas realizó este martes su primer foro dirigido a estudiantes universitarios y miembros de la sociedad civil, el cual tenía como objetivo analizar la reciente medida de Nicolás Maduro de introducir nuevos billetes al cono monetario y determinar qué tan factible sería aplicar a corto plazo una nueva reconversión monetaria en el país.
En este sentido, los economistas y profesores universitarios Asdrúbal Oliveros y Jesús Palacios aseguraron que en Venezuela se deben hacer grandes cambios en las políticas macroeconómicas para que los nuevos billetes del cono monetario y una futura reconversión puedan tener éxito.
“El dinero tiene tres funciones básicas. La primera de ellas es la función de unidad de cuenta, la segunda es el depósito de valor y la tercera es el método de intercambio o de pago. Como unidad de cuenta, el bolívar ha perdido en muy buena medida la referencia de cuenta en el país, ya que suelen reflejarse la mayoría de los ingresos de la economía en dólares”, explicó Palacios.
Agregó que como depósito de valor, “con tres años de hiperinflación se ha eliminado cualquier posibilidad de ahorrar en bolívares y, finalmente, como unidad de intercambio o de pago, el bolívar ya no genera confianza entre los actores y la moneda nacional ha quedado exclusivamente para usos más específicos como algunos pagos de nómina y servicios públicos, porque la gran mayoría de las transacciones que se hacen en el país son en dólares”.
El también profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) señaló que los nuevos billetes del cono monetario representan solo centavos de dólar y eso les garantiza que su uso será bastante limitado en el tiempo.
“El billete de 200 mil bolívares al día de hoy equivale a 10 centavos de dólar, el de 500 mil bolívares equivale a 25 centavos de dólar y el de 1 millón de bolívares a 50 centavos de dólar. Esto es una rareza en el mundo, porque son muy pocos los países que han tenido billetes de un millón. Pero el problema de fondo es que este efectivo tiene una capacidad de compra muy baja en la economía venezolana por la hiperinflación”, puntualizó.
Indicó que, de no haber existido procesos de reconversión monetaria en Venezuela, el actual billete de 1 millón de bolívares tendría un valor real de 100 billones de bolívares de los antiguos. “Esto representa el brutal impacto que ha tenido en primera instancia una inflación elevada y a partir de 2017 una hiperinflación”.
Recordó que cuando se hizo la primera reconversión monetaria en 2008 el billete de más alta denominación, que era el de 100 bolívares fuertes, tenía un valor equivalente a 20 dólares y en 2017, cuando se hizo la segunda reconversión, el billete de 20 mil bolívares soberanos equivalía a unos 7 dólares.
Palacios advirtió que la ampliación del nuevo cono monetario nacional en estos momentos sirve solamente para pagar pasajes de transporte público, gasolina subsidiada y algunos servicios públicos que no permiten el pago con moneda extranjera.
“Los nuevos billetes son una solución transitoria y las ventajas transaccionales serán efímeras”, sentenció.
En cuanto a un nuevo proceso de reconversión monetaria, el economista aseguró que, de continuar las mismas políticas macroeconómicas por parte de la administración de Nicolás Maduro, los ajustes se convertirían en inservibles muy rápidamente.
“Se ha hablado en los últimos meses de la posibilidad de una reconversión monetaria en un período no tan amplio. Incluso, ya ha habido consultas con la banca nacional para adecuar los sistemas a una posible reconversión, quitando nuevamente ceros a la moneda. Esto suele significar unos seis meses de adecuación en la banca nacional. Debemos señalar que si la presión inflacionaria se mantiene, el ente emisor quedará atrapado en una especie de circulo vicioso y el impacto de la reconversión solo será de 15 meses”, insistió.
El problema es estructural
Por otra parte, Asdrúbal Oliveros, economista y socio director de la firma Ecoanalítica, explicó que Venezuela tiene un problema económico estructural, debido a políticas públicas erradas y al modelo ideológico que no les permite tomar decisiones profundas para acabar con la hiperinflación, la cual tiene más de cuatro años en el país.
“Venezuela está en un episodio de hiperinflación importante y se acerca a casos icónicos. Es la tercera hiperinflación más larga de la historia y tiene probabilidades de convertirse en la segunda y si se mantiene el modelo económico actual, sin duda alguna vamos a pasar a Nicaragua que tuvo cinco años con hiperinflación”, comentó.
El economista explicó que la salida del ciclo de la hiperinflación requiere de “medidas drásticas y elementos de credibilidad muy elevados”, por lo que los cambios no serán a corto plazo.
Recordó que el pico más fuerte de hiperinflación fue en 2018 y año en que se “profundizó el esquema de dolarización”. Puntualizó que la hiperinflación en el país es estructural y obedece a un colapso en el Estado.
“El problema de fondo en Venezuela es un problema fiscal y uno de los elementos centrales es la incapacidad de recaudar impuestos del Estado venezolano. En 2020, Venezuela apenas recaudo 5% de su PIB en impuestos, mientras que el resto de América Latina está por encima de 20%”, detalló.
Oliveros resaltó que el actual cono monetario podría tener una duración de unos seis meses antes ´perder su efectividad.
“El gobierno de Maduro aspira a llegar a un esquema digital, asunto que se complica con la adaptación del transporte público, pero que aun así se intentará alcanzar, dado que el costo de emitir billetes se hace inviable para el Estado y, sobre todo, en un esquema de hiperinflación como el que estamos viviendo hoy en día”, sentenció.
A juicio del economista, esto es lo que ha llevado al debilitamiento inevitable del bolívar y a una dolarización que cree será difícil de revertir incluso en el largo plazo.
“En Venezuela se necesitarían en el mejor de los casos unos 20 años para desdolarizar la economía. Según la última medición realizada por Ecoanalítica, en ciudades como San Cristóbal más de 90% de las transacciones se hacen en moneda extranjera, le siguen Porlamar, Maracaibo y en Caracas 60% del total de las transacciones son en dólares. Eso será muy difícil de revertir”, aseguró.
Oliveros indicó que uno de las medidas importantes para acabar con la hiperinflación es la reducción del gasto público. Sin embargo, aclaró que ya en Venezuela no se puede bajar más.
“Si Nicolás Maduro no tuviera la ideología que tiene, se tendría que llevar al Foro Económico Mundial, porque ha reducido el gasto público de manera brutal. Antes el gasto público representaba 80 puntos del PIB, hoy en día solo representa 15 puntos, lo que se traduce en que ya no es un problema de gasto sino de ingresos”, concluyó.
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