El “regalo” para la UCV: conmemorar 300 años con presupuesto recortado

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Trescientos años de fundada cumplirá la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 2021, pero para su funcionamiento contará con un presupuesto aprobado por el Ministerio de Educación Superior y la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) de 2,27% del monto solicitado, hecho que según la rectora Cecilia García Arocha generará consecuencias en todos los que hacen vida en esta casa de estudios. 

“Estas acciones evidencian que la educación libre, plural y democrática es percibida como un enemigo ideológico del gobierno, a pesar que es un derecho humano fundamental e irrenunciable. Si bien al repasar la historia del país entendemos que la relación gobierno-universidad se ha caracterizado por su tensa dependencia producto de la diversidad de opiniones, nunca había sido tan devastadora para la educación universitaria”, dice en entrevista a HispanoPost García Arocha.

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Explica que el monto inferior a 3% de lo exigido debe cubrir el transporte, comedor, becas, gastos del personal, proyectos de investigación, adquisición y reparación de equipos, material de apoyo a la docencia y de oficina, insumos sanitarios, equipamiento de laboratorios, pago de servicios básicos y todo lo relacionado con el mantenimiento de la infraestructura.

El panorama para 2021 es menos alentador que el de 2020, año en el que se derrumbó el fragmento del pasillo techado que no cubrió el presupuesto. El monto aprobado por los organismos a cargo para el año en curso fue de 18% de los solicitado.

“Lo recibido en enero apenas alcanzó para un mes ante las constantes devaluaciones y las irregularidades de los pagos. El porcentaje asignado cada año ha ido en detrimento y el destino de la mayor parte de este es para gastos de personal, pero es imposible que una casa de estudios pueda funcionar solamente con la cobertura de estos gastos”, indica García Arocha.

El Departamento de Planificación y Presupuesto de esta universidad señala que 90% de los recursos transferidos son destinados a cubrir las nóminas del personal y parte de sus beneficios socio económicos.

En 2021 la UCV contará con el 1,19% del monto solicitado para gastos de personal, “un personal capacitado con los más altos estándares profesionales que ubican a la universidad autónoma venezolana en los rankings educativos más prestigiosos y que actualmente posee salarios inferiores a 5 dólares”, advierte.

“En el caso del personal docente está integrado en más de 90% por especialistas con múltiples estudios de cuarto nivel, que en otras latitudes devengarán sueldos acordes con sus méritos. Y si bien esta situación afecta ampliamente a nuestra comunidad, los docentes son la columna vertebral, sin profesores no tenemos universidad”, enfatiza la rectora.

Arocha sostiene que no es difícil adivinar la decisión que tomarán los profesores a quienes no se les reconoce su escalafón, logros ni preparación el día cuando se haga un llamado a las aulas ante un ingreso actual que no les alcanzaría para pagar ni una semana de la gasolina necesaria para trasladarse a la universidad.

“Me preocupan especialmente los jóvenes profesores que son quienes heredan y construyen la universidad de los próximos 20 años. Cómo evitar que abandonen la carrera docente, que se sientan estimulados y cómo evitar que se unan al éxodo de profesionales que se ha ido del país. Son interrogantes que vislumbran un panorama sombrío y preocupante para el futuro de la educación superior venezolana, que bajo las actuales condiciones no tendrá inversión significativa en 2021 en infraestructura, academia y becas, ya que los montos no fueron ajustados al igual que el costo de la bandeja del comedor estudiantil y volvemos a tener un déficit, obligándonos a trabajar sobre un formulario para solventar necesidades producto de las insuficiencias presupuestarias”, afirma.

La realidad del resto de universidades públicas de Venezuela no es diferente. El porcentaje aprobado para la Universidad Simón Bolívar (USB) para 2021 fue de 0,4% y se destinará al pago de nóminas y gastos de funcionamiento. 

Arocha indica que la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu) solicitó al ministro de Educación Superior, César Trómpiz, en defensa de la academia venezolana la aprobación de las tablas salariales para restablecer el derecho a un salario suficiente, el cese a la intervención de facto de la autonomía universitaria y la restitución del manejo directo de la seguridad social y previsional del personal universitario. También demandó el cumplimiento constitucional del fin esencial del estado de defensa, desarrollo de la persona, el respeto a su dignidad, la construcción de una sociedad justa, de promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo, establecidos en la Carta Magna.

“Adicionalmente, todas las instituciones de educación pública que nos agrupamos en la Averu, en aras de buscar alternativas adicionales, hemos establecido enlaces con socios estratégicos a fin de concretar nuevas alianzas que nos permitan sobrellevar las realidades actuales y futuras. No nos vamos a dar por vencidos y por más desesperanzador que se vea el presente y el futuro creo que esta crisis debe impulsarnos a transformar verdaderamente la universidad venezolana, haciendo de esta una institución verdaderamente autónoma de los recursos del Estado. Por ello, la nueva lucha de la universidad debe estar evocada en generar estrategias que nos permitan defender la autonomía y construir un nuevo modelo universitario”, dice García Arocha.

Fundada el 22 de diciembre de 1721, la Universidad Central de Venezuela conmemorará sus 300 años en 2021 con recortes presupuestarios, recursos monetarios que llegan a destiempo, profesores a espera de mejoras salariales mientras se debaten emigrar o cambiar de oficio, miles de estudiantes cuyo futuro está en riesgo y una vulnerabilidad de la calidad de vida de los trabajadores aún mayor.

Se trata de recortes presupuestarios que, según García Arocha, “han devastado la producción de conocimiento, tecnología e innovación, haciendo caer abruptamente la producción intelectual, poniendo el riesgo el futuro y desarrollo del país, fomentando además el éxodo del capital humano de nuestra sociedad”.

“Resistir e insistir no es fácil en ningún modelo autoritario, la universidad venezolana va a levantarse de eso. No tenemos duda los que seguimos apostando a la educación, pero se requiere de unidad, inversión e interés de todos los sectores que quieren y pueden cambiar el rumbo de Venezuela, sin importar si están aquí o fuera. La universidad venezolana, en especial la UCV, es un patrimonio de los venezolanos, es tan inherente al país como el himno, presente en cada hogar y rincón del mundo. Es hora de retribuir lo que en 300 años le ha dado a la nación, para seguir manteniéndola como un relicto de cultura paz, libre, plural, democrática y siempre autónoma”, expresa la rectora.

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