Después de casi dos años de pandemia, los caraqueños insisten en hacer las paces con la vida urbana. Los tradicionales espacios abiertos, donde las personas suelen acudir para compartir momentos de esparcimiento, encuentro familiar y social, así como para realizar actividades deportivas al aire libre, se vieron abarrotados los primeros días de 2022.
Centenares de hombres y mujeres, con infantes en brazos, algunos con música a todo volumen en cornetas individuales, y niños y adolescentes corrían el pasado domingo en horas de la mañana por los caminos plagados de tierra y con escasa vegetación verde que llevan a Sabasnieves, uno de los picos más visitados del Ávila.
El pulmón vegetal más amplio sigue siendo uno de los principales destinos de los deportistas y de quienes quieren respirar aire puro los primeros días el año. Como es el caso de Laura, quien está próxima a emigrar y desea albergar en su mente recuerdos de su ciudad natal.
«Siempre me gusta subir al Ávila en los últimos dos días del año y alguno de los dos primeros días del año nuevo, pero en esta ocasión lo hago porque a final de mes tengo pensado viajar para irme a vivir con mi familia y quiero llevarme bonitos recuerdos de la ciudad. En especial del Ávila, que para mí es un lugar increíble para recargar energías», dijo.
Juan explicó que le gusta subir con frecuencia el cerro y hacer senderismo, por lo que una vez que logró recuperar sus actividades habituales de fines de semana lo ha sentido como un rescate «de lo que era antes una vida normal”.
“Sigo trabajando desde casa, porque en la oficina hubo varios brotes de COVID el mes pasado, pero eso no evita que todos los fines de semana haga una ruta distinta. Me gusta subir al Pico Naiguatá, El Humboldt, Sabasnieves o Cascada Paraíso. Las veces que no puedo ir subo al Volcán», agregó.
El Volcán es un zona rocosa ubicada en el municipio El Hatillo, donde los caraqueños suelen acudir a realizar senderismo entre semana o cuando los funcionarios de la Guardia Nacional impiden el paso al Ávila.
Dayana aseguró que la ruta hatillana «es más retadora. Me gusta ir, pero exige mayor capacidad aeróbica. Es divertido que en una ciudad tan poco amigable como Caracas existan espacios como este que te permiten ejercitarte, distraerte, respirar aire puro, olvidarte de la locura que supone la ciudad y ver gente guapa».
Otra opción que suelen usar los caraqueños son los parques como el Generalísimo Francisco de Miranda, mejor conocido como Parque del Este, y el Parque Alí Primera. Lugares que se han consagrado como puntos de encuentro para los grupos de deportistas, como los yoguistas, corredores, crossfiteros, entre otros.
«Aunque me dijeron que ahora no están dejando estacionar en algunas áreas más seguras de ambos parques, por lo que hay muchos grupos que han buscado nuevos puntos de encuentro», dijo Gerardo, corredor.
«En mi caso, los últimos días del año pasado y estos primeros días decidí correr por mi cuenta por las calles de Caracas y el domingo aproveché la Cota Mil. Como yo hay otros compañeros que han preferido la Avenida Río de Janeiro y hasta la Francisco de Miranda. Creo que es una especie de rebeldía que sentimos los caraqueños que estamos hartos de estar encerrados y ante el anuncio de un posible nuevo encierro, decidimos recuperar los espacios», sentenció.