Este viernes se celebró en la ciudad de Nueva York la primera audiencia del mexicano Joaquín Guzmán Loera alias el Chapo, acusado por los Estados Unidos de dirigir el cartel de Sinaloa y de traficar drogas, lavar dinero, cometer secuestros y asesinatos. Guzmán se declaró no culpable de 17 cargos criminales.
Quien fuera uno de los criminales más buscados por la agencia antidrogas estadounidense (DEA) podría ser condenado a cadena perpetua, pero no a pena de muerte, condición exigida por el gobierno de México para entregarlo en extradición. La Fiscalía de los Estados Unidos también intentará recuperar una parte de los 14.000 millones de dólares que Guzmán habría obtenido por el negocio del que se le acusa.
Cuando el juez federal James Orenstein le preguntó si entendía los cargos en su contra, Guzmán Loera respondió en español a través de un intérprete «no lo sabía hasta ahora». El presunto narcotraficante deberá comparecer nuevamente ante la corte el próximo 3 de febrero, mientras tanto, compartirá el sitio de reclusión con los sobrinos del presidente de Venezuela, quienes fueron sentenciados por narcotráfico el pasado mes de noviembre.
