El pasado 7 de febrero, Nicolás Maduro aseguró durante una cadena nacional que la reforma parcial del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), aprobada por la Asamblea Nacional el pasado jueves 3 de enero, tiene como objetivo «cobrar más a los millonarios».
Sin embargo, días después el diputado Ramón Lobo aseveró que la Ley de IGTF aplicará a cualquiera que compre en cadenas de supermercados o farmacias, que son sujetas a la Ley, publica Versión Final. “De aquellos pagos directos que se hacen sin intermediación financiera, va a cancelar también el impuesto, es decir cuando una persona va y compra en grandes cadenas de farmacias o supermercados, si cancelas en divisas se le va a cobrar el 3%”, detalló el 12 de febrero.
Entonces, ¿el impuesto a las operaciones en divisas es solo para los millonarios como dice Maduro o para todos como advirtió Lobo? La respuesta a esta interrogante la ofrecen los expertos en materia tributaria Juan Carlos Castillo e Iván López. Ambos coinciden en que este tributo no es solo para los ricos, sino para todas las personas naturales y jurídicas que paguen en divisas o en criptomonedas.
Castillo explicó que la reforma del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras “lejos de limitarse a una categoría de contribuyentes con altos niveles ingresos, millonarios como los califica el presidente Maduro, incluye a personas naturales y jurídicas que hasta ahora no habían sido gravadas con un tributo por las transacciones de naturaleza financiera, en particular por los pagos. En consecuencia, resulta falso que este impuesto esté dirigido a los millonarios”.
Aseveró que el impuesto va a “afectar a la persona natural, al jubilado, a la persona que recibe una remesa en divisas y paga con un billete distinto al bolívar en un supermercado o en una farmacia. Esta persona con el billete de 20 dólares no se inscribe dentro la categoría millonarios”.
Destacó que este nuevo impuesto no “toma en cuenta” la “utilidad o la productividad, el patrimonio, la posesión de un bien, el monto de los fondos. Basta únicamente que cualquier persona natural o jurídica efectúe un pago en moneda extranjera o en un criptoactivo no controlado por el Ejecutivo, para que tenga la obligación de pagar, es decir, no hay distinción en función del nivel de ingresos o patrimonio de los sujetos obligados”.
Además, Castillo ofreció varios ejemplos de cómo procederá este pago en la práctica. “Una señora que hace un mercado de 20 dólares en un establecimiento, que es sujeto pasivo especial, tiene que pagar 3% adicional. Un motorizado que trabaja como delivery va una tienda de repuestos y compra uno para su moto, con la cual trabaja, y paga con unos bitcoins o pesos colombianos igualmente va a tener que pagar 3% adicional”.
El experto tributario agregó: “Ninguna de estas operaciones son efectuadas por grandes empresas o representan grandes movimientos efectivo. Sin embargo, en la esfera personal son montos que se encarecen por el pago del impuesto”.
Ejecutivo busca duplicar la recaudación de ese impuesto
Iván López coincide con Castillo de que no se trata de un impuesto solo para a los millonarios y asegura que tampoco es un impuesto solamente a las divisas. “Lo que está persiguiendo el Ejecutivo es duplicar la recaudación de ese impuesto que ya venía aplicándose desde 2015 y luego desde 2018 con alícuota del 1%”, dijo.
López comentó que en la proyección de la Ley de Presupuesto de 2022 se puede apreciar “claramente que el objetivo es duplicar esa recaudación que ya existe con el impuesto que hasta ahora se viene recaudando. De tal manera lo que persigue el Ejecutivo es duplicar la alícuota impositiva de 1% a 2% para la generalidad de las operaciones. En definitiva, no es un impuesto a los dólares o a las divisas ni tampoco es un impuesto que busca gravar a los millonarios”, reiteró.
Aseveró la recaudación por la vía de este impuesto va a estar muy por encima del 30% de la recaudación total del Seniat: “Más del 30% de la recaudación se va a lograr a través de un instrumento de recaudación que no consulta en lo absoluto la capacidad contributiva de la agente. Evidentemente que esto va a afectar de manera directa a los que menos tienen, porque si esta carga tributaria se va a imponer de manera lineal, recayendo igualmente sobre todos de la misma, por supuesto que con más intensidad va a golpear a quien menos tiene”.
López afirmó que es importante referir cómo este nuevo impuesto “sí va a abarcar la generalidad de los contribuyentes y no solamente a los empresarios y a los ricos”. Al mismo tiempo explicó que “este impuesto va a ser muy parecido a lo que ocurre con la emisión de dinero inorgánico, con la emisión de dinero sin respaldo que utilizó el Ejecutivo para financiarse entre 2013 y prácticamente 2020. Va a tener el mismo efecto inflacionario y va a afectar a de toda la población que lo va a tener que soportar vía precios”.
López advirtió que las experiencias “demuestran que este impuesto a las transacciones financieras para restringir, limitar o desincentivar el uso de divisas debe tener alícuotas muy, muy bajas de 0,1% o 0,5%, pero nunca porcentajes tan elevados como un 1% o 2%. Ha habido casos que se ha aplicado una alícuota de 2%, pero en esos supuestos ha sido ejercicios de pretender suplantar el Impuesto sobre la Renta con este atributo y para ello se ha permitido que lo que se paga por concepto de este impuesto luego puede ser deducido del Impuesto sobre la Renta de quien lo paga”.
De no ser así lo que se logra es una de dos cosas, según el experto: “O las empresas buscan trasladar el impuesto vía precios, que es lo que creo que va a ocurrir en este caso. o sencillamente habrá empresas que van a ver sus costos incrementados y si son pocas eficientes van a tender a desaparecer en lo económico”.