2024 será el año con mayor actividad electoral en el mundo y en Venezuela se prevé la realización de una nueva elección presidencial, la cual corresponde para último trimestre del año. Sin embargo, hasta ahora no ha sido anunciada oficialmente la fecha en que se llevará a cabo, aunque se ha divulgado la información de un posible adelanto para mayo.
Por lo pronto, se conoce que en octubre pasado la oposición escogió a María Corina Machado como su candidata unitaria para esos comicios. La dirigente de Vente Venezuela se encuentra inhabilitada y si bien apeló esa medida ante el Tribunal Supremo de Justicia, este aún no se ha pronunciado.
Por el lado de oficialismo, no está claro si Nicolás Maduro, a quien la mayoría de observadores y partidarios ven como candidato a un tercer mandato en 2024 en Venezuela, seguirá siendo el abanderado.
Durante una entrevista televisada con el periodista español Ignacio Ramonet dijo que no sabe si competirá en las presidenciales. «Es prematuro todavía. Apenas el año empieza. Solo Dios sabe… No Diosdado (Cabello), Dios. Esperemos que se definan los escenarios electorales (…), estoy seguro que, con la bendición de Dios, tomaremos la mejor decisión», dijo Maduro el lunes primero de enero
Además, durante el último trimestre de 2023, Venezuela se sometió a dos procesos electorales internos que distaron mucho uno del otro, en cuanto a niveles de participación y espíritu electoral.
En la elección primaria de la oposición, realizada el 22 de octubre, participaron 2,5 millones de personas, cifra que se vio respalda por gran afluencia de electores en los centros de votación habilitados. Sin embargo, el pasado 3 de diciembre, durante el referendo consultivo por el Esequibo, aunque los centros se veían vacíos o con escasa presencia de personas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció una participación de más de 10 millones y medio de electores.
Ante este panorama, HispanoPost conversó Oswaldo Ramírez, consultor político y director de ORC Consultores, para conocer qué se vislumbra para este año en materia política y electoral. Y, entre otras cosas, señaló que cerca de 60% de la población quiere participar en la futura elección presidencial.
–¿Cree que los ánimos electorales están dados en Venezuela?
-La respuesta es sí. En este momento nosotros hemos estado midiendo el crecimiento de la intención de participación en una elección presidencial. En octubre, previo a la primaria, alrededor de 35% de la gente en Venezuela quería participar. Tenía una alta intención de participar en una presidencial posprimaria en el mes de noviembre. Este dato sube a 60%. Estos datos son de Frequency 58, encuestadora de ORC Consultores, que incluye más de 1.100 muestras telefónicas, 95% de confianza, 2,5% de margen de error.
-¿Considera que será un camino fácil llegar a la elección presidencial?
-En realidad no. Primero está la determinación de la capacidad de organizarse por parte de la ciudadanía. Segundo, los resultados de la negociación. Esa negociación entre la Plataforma Unitaria y el gobierno de Maduro ha estado buscando, claramente, tratar de destrancar ese juego. Aquí lo más importante es que todavía algunos hitos de este tema relacionado a esta negociación están enfocados en, justamente, tener la fecha.
¿Por qué? Porque si bien dentro de esos acuerdos parciales se hablaba de una elección en el segundo semestre de 2024, eso sigue siendo ambiguo. Eso sigue siendo una situación que no te permite generar procesos de planificación, sobre todo para los comandos de campaña en función de poder lograr sus objetivos de hacer crecer la base electoral y ganar simpatía por cada una de sus candidaturas.
Ese camino, además, hay un detalle que creo yo que puede estar marcando con mucha fuerza. Es la situación económica del país y las expectativas derivadas de la flexibilización de sanciones, la derrama económica hacia la población que pueda significar esa flexibilización de sanciones, los recursos que todavía no han sido descongelados y que forman parte de ese acuerdo social.
Pero todos estos elementos económicos -alto costo de la vida, inflación, diferencial cambiario y el dólar paralelo, entre otros- van a estar marcando con mucha fuerza ese camino hacia la elección.
Además de la persecución selectiva, que puede influir en todo lo que tiene que ver con la capacidad de actuar libremente de los actores políticos.
–¿Cómo considera que será la campaña electoral de cara a las presidenciales?
-Primero, creo que va a ser una campaña con esperanza, pero con pie firme, con un manejo de expectativas reales, con un entendimiento de que esta no es la oposición clásica que se vivió hace unos años, que no es una situación en la que tú puedas estar teniendo a alguien que esté dispuesto a transarse.
Pero, además, es un país distinto, un país en donde la gente claramente aspira a el cambio, pero aspira a un cambio de modelo, aspira a una transición. Entiende que es imposible pasarle la aplanadora a cada uno de los grupos políticos y viceversa. Ejemplo, el oficialismo a la oposición es viceversa.
Entiende que es un país que está buscando reconciliarse, un país que está buscando desesperadamente tener mejores condiciones de vida, y que en esa movida logre efectivamente tener la posibilidad cierta de volver a que la gente se reencuentre.
En esas claves -reencuentro, reconciliación y capacidad de la gente de unirse, creo que van a estar centrados los mensajes centrales de la campaña de María Corina.
Por el otro lado, Nicolás Maduro como potencial candidato está enfocado probablemente en apropiarse de cambios, como driver comunicacional, y que esa apropiación de driver comunicacional trate de captar a alguna gente no alineada, trate de captar a alguna gente que todavía está en la búsqueda de quizás vivir de los esquemas clientelares. Además, siendo incumbentes, siendo poder, van a tratar de confundir al elector en este aspecto.
–¿Cree que sea Nicolás Maduro el candidato del oficialismo o, por el contrario, se estaría manejando una nueva ficha?
-Yo veo a Nicolás Maduro como el candidato. No estoy diciendo que no sea, pero es lo natural, cuando uno ve este tipo de regímenes políticos, quien es el líder termina casi siempre siendo el candidato.
Dentro del oficialismo está sólido. Nueve de cada diez personas dentro del oficialismo votaría por Nicolás Maduro sin ningún problema y los otros terminan diluidos. A mí no me queda duda de que efectivamente sea él.
–Sobre el panorama político que se vivirá en Venezuela en 2024, según sus conocimientos, ¿cómo lo vislumbra?
-El panorama político de Venezuela en 2024 va a estar marcado primero por la incertidumbre. Si efectivamente las negociaciones que hay entre la Plataforma Unitaria y el gobierno y las negociaciones que hay entre el gobierno y los Estados Unidos, abrirán el juego hacia una capacidad de lograr ese deseo de que haya unas elecciones minimamente justas.
Por otra parte, creo que va a estar marcado por el deseo de la gente de cambio, va a estar marcado por el deseo de la gente de la renovación de liderazgo, como ya lo estamos viendo en el caso María Corina Machado.
Y, probablemente, el reto más importante sea mantener esa intención de voto. Mantener efectivamente ese deseo, particularmente en la oposición, de lograr ese cambio político.