El Papa rompe a llorar al hablar sobre Ucrania: «La guerra es una derrota para la humanidad»

Como es tradicional cada 8 de diciembre, el Papa Francisco visitó la Plaza de España en Roma, para rezar ante la estatua de la Inmaculada alzada sobre una columna muy cerca de la puerta de la embajada de España ante la Santa Sede.

«Virgen Inmaculada, hoy me hubiera gustado traerte el agradecimiento del pueblo ucraniano por la paz que llevamos tanto tiempo pidiendo al Señor», dijo el Papa, rezando de pie y en voz alta una oración que él mismo ha compuesto. A continuación, se le quebró la voz, se ha conmovido, y durante unos instantes solo se han escuchado sus sollozos, mientras intentaba tener baja la mirada. Al mismo tiempo, se ha agarrado con fuerza al sillón, casi con miedo a perder el equilibrio, publicó el diario ABC de España.

Para romper la tensión, algunos peregrinos han respondido con aplausos. Luego, el Papa retomó sus palabras. «En lugar de eso, aún debo traerte la súplica de los niños, de los ancianos, de los padres y las madres, de los jóvenes de esa tierra atormentada. Pero en realidad sabemos que tú estás con ellos, con su sufrimiento, como estuviste junto a la cruz de Jesús».

«Que sobre el odio venza el amor, que la verdad prevalezca sobre la mentira, que el perdón gane a las ofensas, que la guerra sea vencida por la paz», ha añadido ya más sereno.

Al concluir la breve ceremonia, el Papa se acercó a los periodistas que cubrían la visita, para explicar lo ocurrido. «¡Quiero saludar a los periodistas!», dijo caminando sonriente con el bastón y entre elogios hacia la española Eva Fernández, corresponsal de la radio española Cope. «Se ha emocionado al rezar por Ucrania ¿verdad?», le ha preguntado la periodista. «Sí, es un dolor grande, grande… Lo de Ucrania es una derrota para la humanidad. Recemos…», ha respondido el Papa.

Antes de marcharse de regreso al Vaticano, el pontífice se ha detenido también unos instantes con la embajadora de España ante el Vaticano, la ex vicepresidenta del gobierno Isabel Celaá, que le ha tomado los brazos con gran cordialidad y le ha presentado a algunos de sus colaboradores. Luego, en silla de ruedas, Francisco ha saludado a decenas de enfermos que le esperaban también en sillas de ruedas y camillas.

El Papa no ha interrumpido esta tradición de rezar ante esta estatua de la Plaza de España ni siquiera en el periodo de pandemia. Los últimos dos años, ha acudido antes del amanecer, para evitar aglomeraciones.

«En medio de tantas nubes negras eres un signo de esperanza y consuelo», le ha rezado este año.

Terminar con la crisis

Francisco ha añadido entre sus plegarias, que se resuelva la crisis económica. «Traigo las preocupaciones de las familias, de los padres y madres que a menudo luchan para llegar a fin de mes. Especialmente las parejas jóvenes», ha rezado. «Traigo los sueños y las angustias de los jóvenes, abiertos al futuro, pero frenados por una cultura rica de cosas y pobre en valores, saturada de información y deficiente de educación, persuasiva al engañar y despiadada para decepcionar».

Francisco también ha recordado a «los niños, que son los más afectados por la pandemia, para que poco a poco vuelvan a agitar y desplegar sus alas y a redescubrir el sabor de volar alto».

El Papa no ha querido faltar al encuentro, a pesar del visible cansancio y las dificultades para caminar. Los dos últimos años, cuando venía rezaba en voz baja. Este año, además, ha rezado con sus lágrimas.

Fuente: ABC. es