La compleja crisis humanitaria empeora en Venezuela. Las organizaciones no gubernamentales enfrentan el reto de brindar ayuda a los más desprotegidos del país; sin embargo, no son poca las dificultades que enfrentan. El aumento en los costos operacionales, las fallas en los servicios públicos, las dificultades para acceder a los lugares, así como reponer los inventarios, son algunas de las limitaciones que obstaculizan su labor. Ahora, este problema tan severo, negado por el régimen de Nicolás Maduro, será visto a través de una de las principales plataformas de películas y series del mundo.
Este miércoles 15 de septiembre HBO Max estrenará el documental A La Calle, el cual expone los problemas que viven los venezolanos en el país. Un trabajo cinematográfico que además busca ofrecer oportunidades para la participación pública a través del llamado a la acción y de una manera apolítica.
La ayuda que podría generar este filme sucedería en un momento crítico. Según el informe “Retos para las organizaciones humanitarias en Venezuela” de la Plataforma de Acción Humanitaria Nacional de Venezuela (Pahnal), conformada por organizaciones de la sociedad civil que distribuyen la ayuda humanitaria en el país y administran 766 centros con este fin, 78% de las ONG reportó un aumento en los costos operacionales que les dificulta continuar con sus labores y 37,5% aseguró que ha perdido parcialmente las fuentes de financiamiento.
En cuanto al acceso a los servicios, el estudio revela que 100% las ONG dijo que registran fallas en la conectividad de Internet, 81% experimenta frecuentes fallas de electricidad, 56% padece constantemente escasez de agua y 50% no dispone de servicio telefónico móvil. También se han visto afectados sus suministros e inventarios: 43,8% indicó puede reponer los stocks solo parcialmente versus 56,3% que sí puede reponerlos.
Sobre el alcance, 12,5% de las ONG consultadas señaló que han tenido que parar completamente las actividades, mientras 7% se han visto forzada a hacerlo parcialmente. En lo que se refiere al personal, 31,3% tuvo que reducirlo y 56,3% han podido conservarlo.
El informe también expone los principales desafíos para la ayuda humanitaria. De las organizaciones consultadas, 68,8% indicó no tener gasolina para sus labores; 62,5% reportó limitaciones debido a las medidas por la cuarentena; 50% ha sufrido bloqueos entre municipios, pueblos o estados; 43,8% reportó falta de transporte y salvaguardas; 31% carece de acceso a telecomunicaciones; 25% informó problemas de seguridad en las áreas donde se proporciona ayuda y 18% experimentó escasez de inventarios.
Desde 2015 son las organizaciones locales las que se han ocupado de los problemas sostenidos de enfrentar y asistir a las personas ante la emergencia compleja en Venezuela. Sin embargo, “la Plataforma Nacional Humanitaria ve con gran preocupación cómo una serie de factores están amenazando a los venezolanos. Estos desafíos están dejando a las personas necesitadas desprotegidas, reduciendo la respuesta local y socavando la autonomía y acción de ONG venezolanas”, indica la Pahnal frente a los resultados de su investigación de mayo de 2021.
El documental viene a complementar lo expuesto en el informe. No solo muestra la violencia, la represión, la hiperinflación y falta de condiciones, sino que pone en evidencia que Venezuela “está al borde del colapso con escasez crónica de necesidades básicas como medicinas, agua y electricidad, inseguridad alimentaria generalizada, desnutrición infantil y graves violaciones de los derechos humanos y civiles, lo que resulta en millones de venezolanos, huyendo del país”, indican en su portal web.
Janeth Márquez, directora nacional de Cáritas de Venezuela, explicó en días pasados en un artículo de opinión del Diario Las Américas que el poder adquisitivo alimentario del salario oficial (1,4 dólares) solo cubre 0,8% del costo de la canasta básica. “Lo que genera una desnutrición que ya se volvió crónica y compromete de manera contundente el capital humano del país en el mediano y largo plazo. Cerca de un tercio de los niños que vienen a Cáritas por ayuda ya llegan con retardo de su crecimiento lineal, con talla baja, acumulando un déficit nutricional múltiple y prolongado que, en ocasiones coincide con el hambre y la delgadez, pero en la mayoría son el producto del mal comer continuado, del plato que falta constantemente. A este déficit crónico se suman otros problemas como la anemia y las implicaciones más estructurales que esto tiene en términos de rezago cognitivo, escolar, afectivo y social”, señaló.
Márquez, cuya organización que representa también forma parte de la Pahnal, afirmó que las necesidades se multiplican aceleradamente para las ONG que operan en el país, ante una pandemia que también impactó a los donantes de larga data. “Hacemos un llamado a la comunidad internacional, al sector privado y a los bancos de desarrollo para que nos ayuden a ayudar, equiparando la escala del financiamiento con la escala de la tragedia humanitaria. En un apoyo que incluya a todos los venezolanos, los migrantes y los que todavía están en el país, porque desamparar a quienes sufren dentro de Venezuela, simplemente agrava la crisis migratoria”.
Debe llegar a Venezuela más ayuda humanitaria “apolítica” y “neutral”
Ante la crisis venezolana, la agencia de las Naciones Unidas, Unicef, publicó un mensaje este martes 14 de septiembre. En un video de la institución presentado por Scarle Sarmiento, oficial de salud de Unicef Venezuela, afirmó que “trabajo directamente con los oficiales en las oficinas de terreno y organizamos la distribución de los insumos y toda la asistencia técnica con materiales, medicamentos, incluso equipos de emergencia”.
Señaló que desde que inició la pandemia han estado distribuyendo ayuda humanitaria por todo el país. “Es uno de los grandes retos que asumió Unicef y creo que hemos logrado muy buenos resultados para la salud no solo de la infancia, y de las mujeres embarazadas que son nuestro target principal, sino también de la población en general”, dijo.
Sin embargo, quiso dejar algo claro: “La ayuda humanitaria que llega a Venezuela a través de agencias, organizaciones de la sociedad civil y otros actores humanitarios no debe ser instrumentalizada con fines políticos #LaAyudaHumanitariaEsNeutral”, señaló en redes sociales.
Empeora la crisis humanitaria en VenezuelaUn planteamiento para nada alejado de uno de los objetivos del documental A La Calle. Para sus realizadores “debe llegar al país más ayuda humanitaria apolítica y debe haber una respuesta humanitaria a gran escala, liderada por la ONU, financiada por gobiernos de ideas afines preocupados por la situación humanitaria y de derechos humanos en Venezuela. El sistema de salud de Venezuela se ha derrumbado, 1 de cada 4 hogares venezolanos y más del 70% de los hospitales tienen acceso intermitente al agua, muchos hogares venezolanos padecen inseguridad alimentaria y la desnutrición infantil es una preocupación creciente”, mencionan en la página web del documental.
En su artículo, Márquez afirmó que aplauden las iniciativas transatlánticas que se están creando para dar respuesta a la crisis humanitaria venezolana, porque “de lo contrario, las consecuencias serán nefastas y las secuelas de la pandemia nos pasarán la factura por generaciones. No solo a Venezuela, sino también a nuestros países vecinos y al mundo entero”.
A pesar de que Venezuela tiene el segundo éxodo más grande del mundo después de Siria y el primero de la región, el cual según el Comisionado de las Naciones Unidas del interinato, Miguel Pizarro seguirá en crecimiento, no todas las naciones saben lo que ocurre en el país.
Por ello, una meta del documental es educar a los estadounidenses sobre lo que pasa en Venezuela porque, de acuerdo con las estadísticas que manejan, solo uno de cada cuatro habitantes de la nación norteamericana está familiarizado con la crisis actual venezolana, a pesar de que 56% considera que Venezuela es importante para la seguridad nacional y económica de Estados Unidos.
Imagen de A La Calle por Román Camacho