Emprender o abrir un nuevo negocio en Venezuela no resulta muy entable para los microempresarios. El pago impuestos, deficiencia en los servicios básicos, bajo poder adquisitivo y falta de financiamiento son algunos de los factores que lo hacen cuesta arriba y que impulse el crecimiento de la informalidad en el sector, sobre todo, comercial.
«Es bastante cuesta arriba y difícil establecer un establecimiento comercial en Venezuela por diferentes razones. La primera es por la cantidad de impuestos fiscales y parafiscales que se pagan en el país. Se estima que entre 60% y 70% de los beneficios va al pago de los impuestos», afirmó Gustavo Valencillos, presidente de Consecomercio.
Recalcó que la política fiscal que mantiene el Ejecutivo nacional «no tiene incentivo para la actividad económica» tanto de los comerciantes de vieja data como para los nuevos emprendedores.
Asimismo, señaló que la segunda razón por la que es poco rentable mantener un emprendimiento en el país se debe a la baja capacidad de consumo de los ciudadanos. «Es evidente que los venezolanos no están recibiendo un ingreso acorde con las circunstancias del país», dijo Valencillos.
El tercer factor desfavorable para los comerciantes, de acuerdo al representante de Consecomercio, es la deficiencia de los servicios públicos y la intermitencia en el suministro de combustibles.
«Realmente consideramos inviable comenzar un negocio en Venezuela y que sea rentable», agregó.
Cuestionan los “excesivos tributos”
Por su parte, el presidente de la Cámara Venezolana de Franquicias (Profranquicias), Ricardo Antequera, señaló que «la tensión fiscal nunca es un buen aliado del crecimiento económico y atenta de manera directa contra el crecimiento comercial».
A su juicio, el excesivo pago de tributos municipales, fiscales y parafiscales en Venezuela está siendo «especialmente agresivo contra la pequeña y mediana empresa, que es el sector donde se mueven fundamentalmente los actores vinculados con el emprendimiento y las franquicias como emprendimiento de segundo nivel».
Antequera enfatizó que preocupa que no haya una revisión fiscal que invite a reducir la carga impositiva para los comerciantes venezolanos y que «al contrario, siguen surgiendo amenazas de nuevos impuestos».
Se dispara la informalidad y el mercado en línea
Al ser consultado sobre el crecimiento de emprendimientos online y la migración de comerciantes formales a la informalidad, Ricardo Antequera recalcó que la falta de financiamiento es otra de las razones que hace difícil impulsar un negocio en Venezuela.
«Las operaciones comerciales incipientes, en momentos donde el consumo ha bajado, suelen carecer del patrimonio para afrontar una carga tan pesada de impuestos en ciclos de pago muy cortos y sin acceso a financiamiento con tasas atractivas, lo que invitará a la tentación de la informalidad, donde todos, a la larga, perdemos», advirtió.
Acotó que desde Profranquicias y sus afiliados continúan comprometidos con el país y «sus operaciones son visibles, con compromisos ineludibles frente a los distintos entes recaudadores».
Para el presidente de Consecomercio, «evidentemente» el mercado en línea ha crecido en los últimos años de manera significativa a través de las redes sociales en Venezuela, donde cohabitan dos tipos de negocios: formales e informales, incluyendo a los que «no están establecidos legalmente con su registro de comercio».
«Es un riesgo comprar en ese tipo de empresas, no hay garantías (…) Es bastante riesgoso la manera como se está utilizando el comercio digital en Venezuela», sostuvo Valencillos.
Destacó que hay otras empresas nacionales que han estimulado las ventas en línea, a través de las redes sociales como estrategia para impulsar sus negocios.
«Sin necesidad de evadir impuestos ni ocultando nada, simplemente es un canal de venta, de facturación, que crece día a día y debe ser formal, regulado como cualquier otro negocio que paga todos sus impuestos. Desde Consecomercio siempre hemos dicho que toda actividad económica, por muy pequeña que sea, debe tributar», aseveró el empresario.
En cuanto al sector comercial informal, resaltó que ha crecido de manera alarmante en el país: «Tanto que nos es imposible medir la migración de muchas empresas a la informalidad y otras hacia la clandestinidad. Eso es preocupante».
Ley de Armonización Tributaria
El presidente de Consecomercio expresó que los empresarios veían con «muy buenos ojos» la promulgación de la Ley de Armonización Tributaria, pero «resultó ser una Ley de estandarización».
«La mayoría de las alcaldías del país están tratando de cobrar los montos máximos permitidos por el Consejo Superior de Armonización en el cuadro clasificatorio y esto ha traído más informalidad», afirmó.
Ratificó su llamado a las alcaldías de todos los municipios del país a trabajar de manera conjunta para agrandar la base tributaria, con el objetivo de que «todos paguemos lo justo y no solo un grupo, como está siendo ahora. Es un grupo muy pequeño, un porcentaje relativamente pequeño de contribuyentes los que están manteniendo todo un municipio».
Desde Consecomercio, dijo Valencillos, que han sido propulsores de una reforma tributaria que genere una mayor recaudación de impuestos, tanto para los comerciantes formales como para los informales.
«Esto por la vía de la reactivación económica, de mayor producción, de mayor eficiencia en las aduanas, control del contrabando. Formalizando, a través quizás de un monotributo, a todos esos pequeños comerciantes que de manera informal a la luz pública ejercen su actividad económica y debemos tratar de formalizarlos. Es la única manera de que podamos llevarlos a la formalidad, ensanchando lo más posible la base tributaria y que todos comencemos a pagar», aseveró.