El síndrome de munchausen es una enfermedad mental y una forma de maltrato infantil. Este se manifiesta cuando los padres (en especial la madre) enferman a su hijo para controlar su vida y mantenerlo siempre bajo sus regulaciones. No hay razones concretas para esta desviación de la conducta; sin embargo, se cree que puede presentarse debido a una experiencia traumática o de abuso.
Corre (2021) el thriller de Netflix no oculta que su trama está relacionada con esta enfermedad. Desde un inicio (al menos los primeros diez minutos) será muy fácil reconocer que la cinta va sobre esto y además que está influida en gran medida por Misery (1990) con Kathy Bates.
El largometraje nos lleva rápidamente (lo cual se agradece) a una atmósfera parecida a esa de la ya clásica película basada en un relato de Stephen King. Aunque no posee su profundidad, si nos deja su adrenalina, el miedo y las contradicciones de un personaje capaz de hacer el mal teniendo al amor como excusa.
La película combina la realidad con lo volátil que puede llegar a ser una ficción de estas características. Si da miedo, si te genera estrés es porque su planteamiento fundamental no parece descabellado, por el contrario, es mucho más común de lo que uno cree.
Aneesh Chaganty dirige esta cinta que nos permite acercarnos a su protagonista, quien será realmente el personaje encargado de darle un giro a la trama que desde el inicio sabes para dónde va.
Casi todo es obvio en Corre, no obstante, el personaje principal, interpretado por la joven Kiera Allen, empatiza con la audiencia, desde que aparece en escena su actitud afable te obliga a ponerte en su lugar. Ayuda mucho que quien encarna el personaje de su madre, Sarah Paulson, genera miedo real.
Aunque la película es evidente en muchos aspectos, también sorprende y te hace vivir la historia a cada minuto. El corazón no para de latir mientras la protagonista descubre aspectos de su vida que no conocía y se va transformando la relación que lleva con la persona más importante de su vida.
La película es una historia con dos personajes y a pesar de eso no necesita más artificios, las cintas que reflejan bien las obsesiones humanas siempre ganan cuando el ámbito en el que se desarrollan es concreto, cuando desde el inicio se definen las circunstancias.
Algunas cintas no necesitan ser originales o plantear nuevas formas de contar una historia, muchas veces una fórmula conocida bien ejecutada puede generar mucha más empatía que un largometraje con grandes aspiraciones. Esto sucede con Corre, el mejor thriller que podrás ver en Netflix este mes de abril.
@luisauguetol