Los venezolanos estadounidenses que viven en Florida estarían abiertos a aliviar las sanciones de Estados Unidos contra la industria petrolera de Venezuela si la administración Biden encontrara una manera de usar los ingresos de las exportaciones para comprar alimentos y medicinas para los residentes necesitados en su asediada patria, según información publicada en el diario Miami Herald
Una encuesta del Atlantic Council publicada el jueves encontró que el 51% estaría a favor de un programa de petróleo por alimentos similar al que las Naciones Unidas intentaron anteriormente con Irak, siempre que el gobierno de Nicolás Maduro tenga prohibido acceder o administrar el dinero.
«Hay apoyo entre esta población para considerar diferentes caminos», dijo Jason Marczak, director del Centro para América Latina del Atlantic Council, «un camino diferente al que definió la administración anterior».
La encuesta se produce cuando la nueva administración busca definir su política hacia la nación atribulada, acosada por una hiperinflación vertiginosa, una calamidad política y una crisis humanitaria. La administración Trump respaldó al líder opositor Juan Guaidó como presidente y emitió sanciones estrictas contra el régimen de Maduro. Hasta ahora, Biden ha indicado que planea continuar presionando al hombre fuerte para que renuncie y celebre elecciones.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional le dijo a McClatchy el miércoles que la apertura del presidente Joe Biden a relajar las sanciones contra Venezuela dependería por completo de las acciones de Maduro.
«El presidente Biden no tiene prisa por levantar las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, pero consideraría aliviarlas si el presidente Nicolás Maduro toma medidas de fomento de la confianza que demuestren que está listo para negociar seriamente con la oposición», dijo el portavoz.
El NSC no proporcionó más explicaciones de las medidas que consideraría adecuadas, pero dijo que el «objetivo primordial» de Estados Unidos «es apoyar una transición democrática pacífica en Venezuela» a través de elecciones libres y justas y ayudar al pueblo de la nación. «Reconstruir sus vidas y su país».
«Estamos de acuerdo en que debe haber una solución negociada a la crisis precipitada por Maduro, y la administración Biden buscará reconstruir la presión multilateral sobre el régimen de Maduro», dijo el portavoz del NSC.
La mayor parte de los estadounidenses cubanos y venezolanos que viven en Florida continúan favoreciendo políticas de línea dura hacia Maduro. Pero cuando se les presentaron otras opciones, la mayoría dijo que estaría dispuesta a considerar políticas alternativas, particularmente si el cambio estuviera vinculado a la asistencia humanitaria.
Según la encuesta, el 68% de los venezolanos consultados y el 63% de los cubanos sienten que Estados Unidos debería continuar con la política de máxima presión de Trump contra Maduro, con solo el 7% y el 9%, respectivamente, diciendo que debería terminar. Unos 600 residentes de Florida de Venezuela o de ascendencia cubana fueron consultados poco después de que Biden asumiera el cargo.
Las comunidades venezolana y cubana en el sur de Florida son en gran medida conservadoras y tradicionalmente han apoyado todos los esfuerzos de línea dura contra el régimen de Maduro, al que culpan de la ruina económica del país sudamericano. La mayoría de los venezolanos y cubanos consultados dijeron que votaron a favor de Trump en noviembre, en un 60% y 65% respectivamente, mientras que el apoyo de Biden de ambos grupos fue del 30% y 26%, también respectivamente.
No obstante, dos tercios también dijeron que apoyan el aumento de la ayuda humanitaria si va directamente a la gente, incluso con Maduro aún en el poder. Y más de siete de cada 10 dicen que Estados Unidos debería usar activos que le han sido confiscados a Maduro y sus compinches para ayudar a pagarlos.
Marczak dijo que el Atlantic Council quería demostrarle a la administración y a los miembros del Congreso que hay espacio para la discusión sobre la política nacional de Venezuela.
“Esta comunidad fuertemente comprometida que es tan crítica para la política de Florida y para las elecciones en Florida cree que Venezuela debe continuar al frente y al centro”, dijo Marczak.
No se sabe que Biden haya hablado directamente con Guaidó, pero el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, tuvo una llamada telefónica con él el martes. El Departamento de Estado dijo en un comunicado que Blinken y Guaidó discutieron la importancia de unas elecciones libres y justas y las necesidades humanitarias de los ciudadanos del país.
Aún así, instituir un programa de petróleo por alimentos podría ser complicado.
El régimen de Maduro ha insistido en controlar la ayuda humanitaria en el pasado, lo que ha complicado los esfuerzos internacionales para brindar asistencia a los venezolanos. Más recientemente, las luchas políticas internas también han puesto en peligro el acceso a bienes vitales, incluidas las vacunas COVID-19 disponibles a través de la instalación COVAX respaldada por la Organización Mundial de la Salud.
“Ven la ayuda humanitaria solo como un mecanismo de control social”, dijo Guaidó el miércoles, y sostuvo que el objetivo de Maduro es utilizar cualquier asistencia para aumentar la dependencia de la población de su gobierno.
A pesar de la considerable presión internacional sobre el régimen socialista, Maduro parece estar consolidando su control del poder, incluso cuando las sanciones de Estados Unidos contribuyen a una caída drástica de los ingresos.
Guaidó, quien se proclamó presidente legítimo de Venezuela en enero de 2019, una posición rápidamente aceptada por Estados Unidos y eventualmente más de 50 países más, ha visto disminuir su popularidad en los últimos meses y algunos aliados internacionales ahora lo tratan más como un líder importante de la oposición que el jefe de estado del país.
El mandato de Guaidó en el Congreso, la base de su reclamo como líder de transición de Venezuela, terminó en enero después de que la oposición boicoteara una elección legislativa ampliamente considerada una farsa. Él y otros legisladores han continuado celebrando sesiones de manera virtual, pero algunos actores internacionales han reducido su apoyo.
Los programas de petróleo por alimentos han sido discutidos pero nunca implementados en Venezuela. Cualquier programa requeriría la cooperación tanto de Maduro como de Guaidó, incluso si tuviera el apoyo de la administración de Biden, y los aliados de Guaidó han expresado su preocupación en el pasado de que un sistema comercial se vea socavado por la corrupción.
Un programa algo similar supervisado por la ONU en Irak de 1996 a 2003 fue criticado después de que se descubrió que el exlíder Saddam Hussein y otras entidades abusaron de él, lo que generó dudas de que un esquema de petróleo por alimentos podría implementarse en Venezuela sin Maduro ventaja de ello.
Diego Area, quien lidera el trabajo del Atlantic Council en Venezuela, dijo que la organización estudiará «caminos potenciales» para hacer viable un programa de petróleo por alimentos en Venezuela. Pero también dijo que es poco probable que cualquier esfuerzo avance mientras el acceso del país a la vacuna COVID-19 permanezca en el limbo.
«No creo que en este momento sea viable un programa de petróleo por alimentos sin mover primero la vacuna COVID», dijo.