El año 2023, muy contrario a lo que se esperaba de la llamada «recuperación económica», cayó en el primer semestre en recesión, producto de la inflación, devaluación del bolívar, aceleración del tipo de cambio y exceso de liquidez.
El economista y profesor universitario Aarón Olmos dijo que «para hablar en términos de mejora” en la economía, este generalmente en el producto interno bruto (PIB). “Hasta ahora el primer, segundo y tercer trimestre de 2023 hemos tenido resultados negativos», apuntó.
Las razones se deben -según Olmos- a que «se acelera el tipo de cambio, pierde valor el bolívar, el salario sigue siendo precario, no alcanzan los ingresos de los hogares, las empresas tienen problemas para mantener su flujo de efectivo y, por ende, tienen menos ingresos, razón por la cual están decidiendo sobre los trabajadores a nivel de despido, desincorporaciones. Mientras, el Ejecutivo nacional continúa con una voracidad fiscal muy elevada».
En ese contexto, considera que «es muy raro» asumir que se generen cambios drásticos en la política económica de Venezuela en los próximos cuatro meses. «No creo que mejore la situación económica del país en términos promedios, porque precisamente ya han pasado ocho meses y básicamente hemos visto lo mismo», agregó el economista.
Indicó que es probablemente la economía venezolana cierre en negativo al final de 2023, con una posible caída del 8,5% del PIB.
«Estaríamos hablando de una liquidez que puede crecer. Pusiésemos estar cerrando 2023 con 70% u 80% de la liquidez, siendo conservadores», sostuvo Olmos, al estimar que el tipo de cambio podría ubicarse entre los 45 bolívares y 50 bolívares por dólar para diciembre.
«Eso nos habla de una situación más compleja para los venezolanos, sobre todo aquellos que viven solamente de los bolívares», dijo el también profesor universitario.
Para Olmos, hay un mayor gasto público por parte del Ejecutivo nacional y las intervenciones cambiarias que mantiene el Banco Central de Venezuela (BCV), para contener el alza del dólar, -«ahora en menores montos»-, no ha traído mayores cambios en la economía venezolana.
«Seguimos viendo que estás medidas no han resuelto todavía ninguno de los problemas estructurales: aumento de la inflación por el exceso de liquidez y aceleración del tipo de cambio, que se ha multiplicado por cinco en 12 meses», expresó el experto.
A lo que se le agrega la debilidad del aparato productivo venezolano y la falta de crédito, de inversión extranjera y de capital nacional tradicional.
A pesar de que se observa el lanzamiento de nuevas tiendas, comercios y productos que anteriormente no estaban en los anaqueles nacionales, Olmos señaló que «no significa que la situación se esté mejorando».
«Si tuviese mejorando la situación, el venezolano pudiese hacer más uso de los bolívares que tiene y esos bolívares comprarían más cosas. Tendríamos más seguridad social, salud, educación, jurídica», aseveró.
Efecto de reanimación en la economía
Por su parte, el economista Luis Crespo considera que en el último cuatrimestre del año pudiera registrarse una «caracterización de un efecto de reanimación de la economía», motivado a diferentes factores.
«Hay dos elementos centrales. Primero, la expansión del gasto fiscal para el cierre de año, motivado a decisiones que tiene que tomar el Ejecutivo, bien sea para algunas obras, nóminas y erogaciones que tiene que cumplir con los trabajadores del sector público y nuevas bonificaciones que pudieran anunciar para compensar el deterioro inmenso que ha tenido el salario», indicó el también profesor universitario.
El segundo factor es el electoral: «Cuando el presidente es el candidato, va a poner grandes cantidades de dinero en su plan de inicio de su campaña electoral, lo que va a tener como efecto una reanimación de la demanda interna del consumo de la familia venezolana, que ha sido una de las variables que se deterioró en el primer semestre de 2023”.
Recordó en los últimos años, el comportamiento de la economía venezolana «ha sido asimétrico», creándose las llamadas «ciudades burbujas», donde de alguna u otra manera, el acceso a los servicios básicos es más fácil que en otras regiones del país.
«No es lo mismo en el oriente del país acceder a Internet, luz, agua, gasolina, vialidad, que en el occidente o la región andina», expresó Crespo. A su juicio, esto es producto «de un manejo de planificación pública terrible» por parte del Estado venezolano.
Crespo destacó que la reanimación de la economía venezolana tendrá un mejor resultado dependiendo de algunas variables: «Gasto público, consumo y el efecto que va a tener el sector privado de hacer más inversiones para dar respuesta a esa mayor demanda de consumo, concentradas en áreas muy concretas»
Sin embargo, la inflación, la devaluación del bolívar y la variación de precios forman parte del gran dilema al que se enfrenta constantemente el país, por lo que Crespo advierte que dependerá de la estrategia que aplique el Banco Central de Venezuela.
«Todo lo que describo ocurre en un contexto de inestabilidad, donde hay dos variables que generan angustia, preocupación e incertidumbre, que tienen que ver con una alta inflación y la constante devaluación en el tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar”, dijo.
Agregó que la inestabilidad que eso genera en la planificación financiera depende de la actuación del Banco Central de Venezuela, “del músculo financiero que pueda tener para actuar semanalmente y de las devaluaciones que tenga el Ejecutivo y sus magnitudes».
Además, enfatizó que históricamente en el último trimestre de cada año los niveles precios se incrementan producto de la época decembrina.