Momentos de mucha tensión se viven en Birmania luego que el ejército diera un golpe de Estado en el que además detuvieron a la jefa de facto del gobierno civil y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, así como a otros dirigentes.
Como era de esperarse, la comunidad internacional no se quedó con las manos atadas y reaccionaron condenando las medidas tomadas y exigiendo la pronta liberación de los detenidos.
Estados Unidos fue uno de los primeros en pronunciarse rechazando “cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Birmania”, a la vez que resaltó a través de un portavoz de la Casa Blanca que tomarán acciones contra los responsable “si esas medidas no se revierten”.
Asimismo, el secretario de Estado, Antony Blinken, pidió al ejército birmano “liberar a todos los responsables del gobierno, así como a los dirigentes de la sociedad civil”.
Por su parte, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, condenó “enérgicamente” en su cuenta en la red social Twitter estas acciones e instó a la liberación de los detenidos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, rechazo el golpe de estado en Birmania y pidió liberación inmediata de los detenidos entre ellos la líder del país.
Australia a través de la ministra australiana de Relaciones Exteriores, Marise Payne, llamó al ejército a respetar el Estado de derecho y a resolver las diferencia “con mecanismos legales y a liberar inmediatamente a todos los dirigentes de la sociedad civil y otras personas detenidas ilegalmente”.
Domingo negro en Birmania
Un golpe de Estado por parte del ejército se registró el domingo en Birmania donde además se detuvo a los principales líderes políticos del país poniendo así fin a lo que se consideraba como la década de transición democrática iniciada en 2011 tras vivir casi medio siglo bajo el velo militar.
Desde entonces, horas de tensión se viven en las calles y líderes políticos de todo el mundo se han manifestado a favor de la restitución de su cargo de la jefa de facto del Gobierno, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi y el hasta hoy presidente birmano, Win Myint, además de varios ministros y dirigentes del partido gubernamental.
Cabe destacar que el hasta hace unas horas vicepresidente, Myint Swe, fue nombrado en el cargo por los militares gracias a los poderes que les reserva la actual Constitución, por lo que asumió la presidencia interina.