Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), señaló que «hay 20 millones de hectáreas para la siembra y estamos utilizando millón y medio. Hay casi 4 millones y medio de hectáreas de pastizales para ganadería, más de un millón de hectáreas forestales activas, pero la totalidad de superficie que se pudiera cultivar y tener ganadería forestal es de 35 mil millones de hectáreas. Eso significa que Venezuela se debe convertir en un supermercado para el mundo. Deberíamos estar vendiéndole hortalizas, frutas frescas a los países que tienen invierno y no lo estamos aprovechando».
Indicó que aunque el Gobierno haya anunciado un crecimiento económico del país de 4% en 2021, la realidad es que al campo ese crecimiento no llegó. Apenas el cultivo de maíz tuvo un ligero repunte, los demás rubros mantienen niveles de producción similares a los que registró la nación en 1960.
Prácticamente, el único rubro que paró la caída y que tuvo una recuperación en este caso fue el maíz y más el maíz blanco para producir harina para la arepa del venezolano. Se produjeron alrededor de 520 mil toneladas de maíz blanco y cerca de 300 mil de maíz amarillo.
Asimismo, dijo que «la cuenta de Fedeagro es que para volver a niveles de 2010, cuando el venezolano se alimentaba con más de 40 kilos de harina anualmente, más de 30 kilos de arroz y alrededor de 30 kilos de carne, necesitamos invertir 1.500 millones de dólares, esto incluye a todo el circuito agroalimentario, agricultores, ganaderos e industria de alimentos. En la actualidad nos mantenemos produciendo, pero metiéndonos la mano en el bolsillo. Las proyecciones es que este año vamos a crecer 240 mil hectáreas en siembras, pero el país necesita 1.220.000 hectáreas de siembra de maíz, necesita 250 mil hectáreas de arroz. A esas tasas tan bajas de crecimiento vamos a tardar más de 20 años en recuperarnos».
Por otra parte, destacó que ya se consiguieron enfermedades en la papas del estado Trujillo, producto del contrabando, «ahí es donde el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), los gobiernos regionales, sobre todo en Táchira debe tener mucho cuidado. Esa papa que está entrando desde Colombia debe tener un permiso sanitario venezolano. No puede ser que nos traigan enfermedades y que muchos productores por desesperación compren esa papa», alertó.
Fuente: La Prensa de Lara