El sector bancario no registra desempleo, sino una amplia deserción de trabajadores, lo cual explica el poco personal que atiende al público en las agencias de los bancos del país.
Claudio Rivas, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Bancarios, aseguró que los empleados «simplemente se van porque el ingreso, con bonos incluidos, no les da para mantener las necesidades de sus familias».
El representante de Fetrabanca precisó que en la década de 1990 y comienzos de 2000 la nómina de la banca pública y privada era de 85.000 trabajadores, pero en 2022 ese número cayó a 32.260. «Comparando 2021 con 2022, hubo una caída de 10% en la nómina», dijo.
El sindicalista explicó que los trabajadores renuncian a sus puestos para emigrar a otras latitudes o al comercio informal buscando mejores oportunidades económicas.
Por otra parte, reveló que debido a la inflación y la devaluación constantes, ya no se discuten contratos colectivos y, en su lugar, se firman actas convenios solo con las cláusulas salariales y de otros ingresos y los seguros de HCM.
La póliza de los HCM, agregó, se ha vuelto insuficiente para cubrir los gastos médicos, obligando a los trabajadores bancarios a acudir al precario sistema público de salud.
El sindicalista destacó que el éxodo laboral es la razón por la cual hay pocos empleados atendiendo al público en las agencias.
Pensionados del Seguro Social y beneficiarios del sistema Patria se han quejado de que los días de pago de la pensión y los bonos deben realizar largas colas y esperar más tiempo porque «no hay casi cajeros en las taquillas del banco».
Rivas señaló que el sector bancario espera una recuperación en el presente año, con lo cual podrían mejorar las condiciones de esa actividad para retener su personal -que es muy calificado y experimentado- con mejores ingresos.
Pero el principal obstáculo que enfrenta la banca, advirtió el sindicalista, es el elevado encaje legal (73%) que les cobra el Banco Central de Venezuela (BCV), lo cual impide el otorgamiento de créditos para la vivienda y las empresas.
Refirió que el encaje legal en otros países latinoamericanos dista mucho del de Venezuela. Por ejemplo, en Brasil y Uruguay el encaje legal está en 25% y 23%, respectivamente, Colombia y República Dominicana en 11%, Chile en 9% y Perú en 3%.
El dirigente de Fetrabanca sostuvo que para los bancos venezolanos les es difícil mantener sus gastos operativos y de personal, además del crédito, pues de cada 100 bolívares 73 bolívares se lo queda el BCV.
Sobre el plan oficialista de financiamiento de la banca a los emprendedores, Rivas indicó que las condiciones para el pago de los préstamos -entre 2.000 y 3.000 dólares- no son tan ventajosas: apenas un año de plazo para cancelar la deuda con intereses de entre 12% y 17%.
Por ello, añadió, algunos emprendedores acuden a los prestamistas informales que -aunque cobran intereses mayores- ofrecen tres años o más para cancelar la deuda.
El directivo de Fetrabanca reveló que continúa el problema de la falta de dinero en efectivo, porque en las bóvedas de BCV no hay suficientes piezas del cono monetario para suplir a las agencias de los bancos públicos y privados.
Asimismo, refirió que las cuentas de ahorro en dólares se mantienen estancadas como consecuencia del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras.