Con gran tristeza a renunciar a sus títulos de altezas reales, Harry y Meghan ven abrirse un nuevo capítulo en sus vidas en el que perderán su financiamiento público, pero conservarán, aunque temporalmente, la asignación económica del príncipe de Gales.
Me produce gran tristeza que se haya convertido en esto», reconoció Enrique ante los invitados a una cena caritativa el domingo en Londres.
Nuestra esperanza era seguir sirviendo a la reina, a la comunidad y a mis asociaciones militares, pero sin financiamiento público. Lamentablemente, eso no es posible», subrayó en su primer comentario público al respecto.
Este lunes, el diario de centroizquierda The Guardian destacaba que la corona pierde a sus dos miembros más populares entre los jóvenes, mientras el conservador Daily Telegraph subrayaba cómo esta crisis obligó a la monarquía a redefinirse.
Según el diario Daily Telegraph, el príncipe Carlos, padre de Harry, se prepara a sus 71 años de edad para suceder en el trono a la reina Elizabeth II, de 93 años de edad, quién seguirá financiando a la pareja de sus ingresos privados mientras deciden si se instalan definitivamente en Canadá, Estados Unidos u otro país.
No obstante, una fuente cercana al príncipe de Gales señaló que esta ayuda no es inagotable y que el trato será revisado dentro de un año.
Desde que el príncipe Enrique y su esposa Meghan sacudieron a la monarquía con el inesperado anuncio el 8 de enero de que querían retirarse del primer plano de la familia real, pero seguir apoyando a la reina, la familia real británica busca solucionar la crisis. Finalmente, la monarca anunció el sábado que la pareja renunciaba a su tratamiento de altezas reales y su dotación pública y que devolverán los 2,4 millones de libras (unos 3,1 millones de dólares) que eran para renovar su casa cerca del castillo de Windsor.
Enrique, de 35 años de edad, también tuvo que renunciar a sus grados militares y condecoraciones conseguidas con dos misiones a Afganistán. Sin embargo, la pareja conservará su título de duques de Sussex.
El deseo que manifestaron el príncipe y su esposa, de mantener un pie dentro y otra fuera de la realeza, había sido mal recibido por la opinión pública y la reina optó por una opción firme.
Esto permite salvar la legitimidad de la institución y redefinirla restringiéndola a los herederos directos: Charles, su hijo mayor William y en el futuro el hijo mayor de este, George.
Con información de AFP