A las 12:03 de la tarde de este viernes 30 de abril culminó la ceremonia de beatificación del doctor José Gregorio Hernández, que estuvo presidida por monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico en Venezuela. Un acto litúrgico canónico que comenzó a las diez en punto de la mañana, al ritmo de un merengue venezolano llamado “La Luz del Siervo de Dios” y que selló esta causa de postulación que se extendió por 72 años.
“Beato venerable, tu excelso nombre recita. Tu pueblo que necesita tu amor inconmensurable, sabio varón memorable danos de tu luz bendita”, cantaban Betsayda Machado, Giselle Brito, Andrés Mata y Luis Fernando Borjas, mientras la niña Yaxury Solórzano -testimonio del milagro del “médico de los pobres”-, su madre y un par de representantes de la Iglesia católica venezolana caminaban hacia el altar, donde los esperaban las autoridades religiosas con un relicario en sus manos que contenía las muestras óseas del doctor José Gregorio Hernández para simbolizar la beatificación del Siervo de Dios.
“¡Viva José Gregorio Hernández!”, gritaban los asistentes al acto litúrgico canónico, en la Iglesia San Juan Bautista del colegio La Salle La Colina, en Caracas, mientras con la voz quebrada, los ojos inundados en lágrimas y en medio un ambiente de júbilo, el cardenal Baltazar Porras agradeció la beatificación de José Gregorio Hernández al monseñor Giordano, en representación papa Francisco.
“Su Eminencia Reverendísima, como arzobispo de Mérida, Administrador Apostólico de Caracas y en nombre de todos los Obispos de Venezuela, quiero agradecer a su Santidad, el papa Francisco por haberle conferido el título de beato al siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros”, dijo Porras, y rompiendo los protocolos establecidos por la pandemia de la COVID-19 ambos sacerdotes se abrazaron, haciendo un lado los tapabocas en el gozo de la celebración.
El vicepostulador de la causa, monseñor Tulio Ramírez, leyó una breve biografía del médico de Isnotú (estado Trujillo), previo a la lectura de la letra apostólica por parte del Nuncio Apostólico. “Fue un laico que en su camino de fidelidad se transformó en un contemplativo, supo dejar una huella indeleble con la mirada dirigida a Dios”, indicó.
Minutos después fue desvelada la imagen oficial del cuarto y nuevo beato de Venezuela, primer laico beatificado en el país. En el mosaico, elaborado por el artista barquisimetano Luis Enrique Mogollón, se puede ver el rostro del conocido “médico de los pobres” con una aureola recubriendo su cabeza y sustituyendo el típico sombrero de fieltro con el que es reconocido, manteniendo su traje oscuro y bata blanca, además de un estetoscopio colgado al cuello. Así es la imagen del bienaventurado que será adorada de ahora en adelante en los altares.
¡Tenemos nuevo beato!
El acto de beatificación culminó con la lectura del Evangelio, cuando el diácono llevó el libro al monseñor Giordano para posteriormente dar inicio a la homilía. “A partir de hoy, el beato José Gregorio Hernández Cisneros ya no pertenece solo a la Iglesia venezolana, sino que desde Venezuela se ofrece a la iglesia universal y al mundo entero”, sentenció el Nuncio Apostólico.
La santa misa que procedió fue la conclusión de una ceremonia que estuvo plagada de halagos hacia el galeno, que dedicó su vida a la ciencia y la fe, y de constantes llamados a la población venezolana a la reconciliación, el perdón y la unión.
Al culminar, el cardenal Baltazar Porras dirigió unas palabras a los presentes e hizo entrega simbólica de los joyeros con la reliquia del beato José Gregorio a cada una de las diócesis del país. Mientras en las pantallas de los televisores, computadoras y equipos móviles donde se vio la ceremonia alrededor del mundo, a través de la señal abierta de Vale TV, se anunciaba que Venezuela tenía un nuevo beato.
“Que el Espíritu Santo, que en el beato José Gregorio nos ha ofrecido un ejemplo de caridad evangélica, nos conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia la verdadera comunión de fe y amor”, pronunció el monseñor Giordano, antes de ofrecer la bendición a toda la audiencia, en señal de que ya había terminado la ceremonia y podían “todos ir en paz”.
“Haz el bien”, canción compuesta por el venezolano Horacio Blanco, vocalista de la banda Desorden Público, acompañó la salida de la Iglesia de los asistentes al acto. “José Gregorio Hernández, doctor, beato, tu nombre al alto cielo celebro y canto. Tal fue la bondad de tu paso por esta tierra, en oración, tus milagros iluminan Venezuela”, cantaba Blanco mientras se despedía la transmisión del acto religioso, que ha sido considerado por muchos como “el más importante de la historia contemporánea nacional”.
Sin embargo, aunque José Gregorio ya puede ser oficialmente venerado en los altares del mundo, aún no se le puede llamar “santo”. Para eso debe ser autorizada su canonización. Causa que, según expresaron las autoridades eclesiásticas, desde ya está siendo adelantada ante el papa Francisco.