La prisión que ronda actualmente a Laura Bozzo no es la primera que debe enfrentar la polémica figura peruana. La única diferencia es que ahora la que la busca es la justicia mexicana, la cual quiere que responda por unos cargos de fraude fiscal por más de 600 mil dólares.
Ya ha pasado más de una semana desde que la Fiscalía General de ese país emitió una orden de prisión preventiva para Bozzo. Y como no se ha presentado, pidió a la Interpol que emitiera una alerta roja contra ella.
A principios del nuevo milenio Bozzo, quien también es abogada, tuvo que verle la cara a la justicia peruana. Su notoriedad fue alcanzada por programas como Laura de América, Laura de todos, o cualquier otra denominación que ella le dio, bien en Perú o en México.
La polémica siempre la rodeó por dos elementos fundamentales: el contenido de su programa y su personalidad. Con el primero, se le cuestionó mucho la “ayuda” que ella ofrecía a personas de escasos recursos en caso de infidelidad, paternidad desconocida o violencia de género. Con el segundo, por su verbo incontenible; el cual no dosificaba en ninguna circunstancia. De ese tiempo surgió su frase más emblemática: “¡Qué pase el desgraciado!”.
En 2002, Bozzo terminó en prisión preventiva también. El gobierno del entonces presidente Alejandro Toledo la acusó, entre otras cosas, de haberse relacionado con el entonces hombre fuerte del gobierno de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos. Y de haberlo hecho, según se aseguró en la prensa de aquel momento, no solo por las conexiones y provecho que obtuvo del gobierno, sino también por una supuesta relación sentimental con él. Personaje que fue detenido en Venezuela y cuya presencia en el país nunca fue explicada completamente.
Tenía sus maletas listas para irse a Nueva York cuando la policía peruana la detuvo en el aeropuerto. Tras protestar por la acción, Bozzo dijo que todo era un montaje. Una represalia de Toledo por ella haber dicho en su programa que el mandatario tenía una hija fuera del matrimonio. La revelación ocasionó un escándalo de proporciones en ese momento en Perú.
Con su condición de abogada, “La señorita Laura” se hizo de su propia defensa y logró pasar su prisión domiciliaria en un estudio de televisión. Ahí grabó el programa Laura de América, que se transmitió una temporada por Telemundo. Finalmente, la justicia le dictó cuatro años de prisión cuando ya ella había cumplido tres.
Tan pronto quedó en libertad, volvió a la televisión peruana con su exitoso formato. Hasta que Jaime Bayly presentó el testimonio de dos personas que aseguraron que les habían pagado para dar falso testimonio en el programa de la abogada. Este escándalo hizo que se fuera de Perú.
Bozzo se instaló en México en 2008. En estos 13 años que tiene en ese país obtuvo la nacionalidad y continuó con su polémico programa tanto en TV Azteca, como en Televisa. En una historia de amor-odio con los medios y la clase artística de ese país.
En este tiempo, Bozzo ya sorteó un comprometedor momento cuando en 2013 estuvieron a punto de investigarla. Con el paso, en ese momento, del huracán Manuel por algunos estados de ese país, supuestamente ella habría utilizado un helicóptero pagado con fondos públicos.
Otro escándalo estalló en 2015 cuando Televisa le canceló el programa luego de recibir una demanda, según la cual se acusaba a la conductora y al programa de atentar contra la identidad de menores, al exponer a niños como panelistas del mismo.
Laura Bozzo también fue corresponsal del programa El Gordo y la Flaca y sin abandonar su estilo tuvo, hasta hace una semana, el programa Laura sin censura por Unicable, en México.
Ahora la pregunta es ¿dónde está Laura? Unas versiones aseguraron que está escondida en un exclusivo hotel de la capital mexicana. Otras que una muy querida amiga le dio albergue en su casa. Y, la más reciente, que habría salido del país con rumbo a Italia antes de la solicitud a Interpol, debido a que por sus lazos familiares tiene esa nacionalidad.