El frijol mungo o chino sembrado en Venezuela tuvo su momento estelar de producción y exportación en 2022, pero la perspectiva para 2023 no está clara por factores externos e internos, señala el semanario Exclusivas Económicas.
Las cifras del Ministerio de Agricultura y Tierras señalan que la producción el año pasado alcanzó las 80.000 toneladas cosechadas en 80 hectáreas de siembra en tres estados: Barinas, Cojedes y Portuguesa. Y de ese volumen, 98% se ha exportado hacia países asiáticos como China, Vietnam, Malasia y la India, pero ha desaparecido el consumo interno y se ha creado un excedente en la oferta, agrega la publicación.
“Eso ha hecho que caiga el precio a nivel de productor y por eso este año se prevé una caída de 30% de esa producción”, comenta Roberto Lobotín, director de Leguminosas de Fedeagro.
“El precio es muy barato. El año pasado la cosecha arrancó en 50 centavos de dólar el kilo y terminó en 30 centavos. Este año el promedio está en 35 centavos de dólar por kilo”, agregó.
El semanario recordó que el consumo de frijol chino en Venezuela tuvo su repunte en los momentos de escasez e hiperinflación entre 2016 y 2019 como substituto de alimentos de proteínas, al punto de que el Gobierno de Nicolás Maduro lo incluyó en las cajas CLAP (Comité Local del Abastecimiento y Producción), pero ordenó su exclusión en 2020.
“En ese momento hubo un mal manejo en los envíos al consumidor venezolano porque algunos granos de mala calidad, que se destinaban al consumo animal, se mezclaron con el que se dirigía a los humanos y esto trajo como consecuencia la decisión presidencial de prohibirlo”, dijo Lobotín.