El ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman, describió a principios de este mes una de las mayores reformas en la OPEP en los últimos años y la presentó como una recompensa para los países que invierten en su industria petrolera.
El cambio allana el camino para otorgar mayores cuotas de producción a los miembros de la OPEP del Golfo, como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, a expensas de las naciones africanas, como Nigeria y Angola.
Las cuotas de producción y las líneas de base, a partir de las cuales se calculan los recortes de producción, han sido un tema delicado dentro de la OPEP durante décadas, ya que la mayoría de los productores quieren una cuota más alta para poder ganar más con las exportaciones de petróleo.
Es probable que la reorganización se vuelva más extrema en los próximos años a medida que las grandes petroleras estatales de Medio Oriente aumenten las inversiones mientras que la producción cae en las naciones africanas que han luchado por atraer inversiones extranjeras.
Los productores del Golfo, los poseedores de la poca capacidad sobrante en el mercado mundial del petróleo, han dominado durante mucho tiempo la OPEP.
Su poder e influencia ya han aumentado en los últimos 15 años con su creciente capacidad, mientras que la producción africana ha caído a medida que se reducen las inversiones extranjeras.
A diferencia de los productores del Golfo, los productores africanos dependen en gran medida de las inversiones de las compañías petroleras internacionales. Esas empresas han evitado África en los últimos años a favor de la inversión en el parche de esquisto de EE. UU. y en prolíficos yacimientos petrolíferos gigantes en otros lugares, como en la costa de Brasil y Guyana.
En mayo, la participación de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait en la producción total de la OPEP fue un 10% más alta que hace 15 años con un 55%, según las cifras de producción de la OPEP. La participación total de Nigeria y Angola durante el mismo período se ha reducido en más del 3% a menos del 9%.
Para Nigeria, «la capacidad continúa restringida por problemas operativos y de seguridad, combinados con bajos niveles de inversión, lo que lleva a una disminución», dijeron analistas de la consultora Woodmac.
Los nuevos desarrollos de campo y los descubrimientos recientes en Angola no serán suficientes para detener la disminución de la capacidad a largo plazo, agregaron.
En contraste, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tienen planes para aumentar significativamente su capacidad de producción a 13 millones de bpd y 5 millones de bpd, respectivamente, para 2027 desde los niveles actuales de alrededor de 12 y 4 millones.
Otro productor del Golfo, Kuwait, dijo el 18 de junio que aumentaría su capacidad de producción en 200.000 bpd para 2025 hasta alcanzar los 3 millones de bpd.
Las adiciones de capacidad de los tres países del Golfo durante el período 2020-2025 suman un total combinado de 1,2 millones de bpd, el doble de la capacidad que se prevé que Nigeria y Angola pierdan durante el mismo período, según cálculos de Reuters.
Los dos países de África occidental han perdido casi una cuarta parte de su capacidad de producción desde 2019 como resultado de la falta de inversión y problemas de seguridad.
Fuente: Reuters