Han pasado ya 40 años de la muerte de Antonio Machín, una de las voces inconfundibles del siglo XX. Perfidia, Dos gardenias, Angelitos Negros son algunas de las canciones que pertenecen a los recuerdos de millones de personas. Siempre junto a sus maracas, Machín dejó pronto Cuba para viajar a Europa. Aquí se enamoró de una sevillana con la que se casó y que le vinculó mucho a la ciudad de Sevilla. De hecho su hermano también vivía ya en la ciudad y regentaba un negocio.
Antes de morir, el 4 de agosto de 1977 en Madrid, dejó dicho que quería que sus restos descansaran en Sevilla, donde la ciudad cuenta también con una estatua y una calle en honor del «más cubano de los españoles y el más español de los cubanos», como le bautizaron algunos en la época.
