Iván Acosta, director general de PGA Group, exhortó a las empresas a tener claros sus proyectos y el destino de los fondos, en dónde invertir el capital; tener inversionistas, así como entender y conocer su mercado a profundidad, qué está pidiendo, qué necesita, quién está consumiendo y qué características tiene el consumidor. Esto en función las medidas económicas -reducción del encaje legal de 85% a 73%, y la reforma a la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF)- recientemente aprobadas por la administración de Nicolás Maduro.
Además, aseguró que la clave en este momento es el mercado, así como contar con el personal capacitado para que lleve a cabo las operaciones de los negocios.
“La salvación es conectarse con las necesidades y el planteamiento de calidad y precio que genera el mercado, si las empresas no están en esa línea tendrán problemas”, subrayó.
Acosta señaló que la reducción del encaje legal es un aspecto positivo, porque abre algo que en Venezuela estaba limitado: las posibilidades de crédito.
Considera importante que las empresas sepan a dónde van a invertir su capital de trabajo, que tengan inversiones de corto, mediano y largo plazo. “Es importante estar preparado para el uso de créditos que eventualmente se van a liberar. No podemos crearnos muchas expectativas, porque dado el tamaño de la banca, el dinero disponible que se genera por esa oportunidad de encaje no es mayor; sin embargo, es una oportunidad que está allí”, sostuvo.
Comentó que habrá una dinámica económica favorable, y probablemente haya una “presión sobre el dólar”. Sin embargo, dijo “no creo que vía encaje legal es que el precio del dólar va a aumentar, el dólar ha aumentado más por el gasto público en bolívares”.
Respecto al impacto en las operaciones de las empresas con la reforma a la Ley de IGTF, señaló que “lo que hay que entender es que este gobierno tiene un objetivo muy claro, y es llevar la inflación de tres dígitos a dos dígitos altos, después pasarla dos dígitos bajos y luego a un dígito. Eso definitivamente representa para Venezuela un gran cambio en lo que es su concepto económico”.
“Nosotros no tenemos memoria de lo que es vivir con inflaciones bajas. Venezuela está entrando en una nueva etapa económica inédita. Primera vez que en el país vamos a vivir no del petróleo, sino de lo que hagamos como país productivo, o eventualmente del nivel de productividad que tengamos”, sostuvo.
Agregó que el hecho de que el gobierno quiera incentivar el uso del bolívar tiene una lógica transaccional y monetaria “interesante”. Sin embargo, indicó que para financiar esa posibilidad hay que tener recursos. “No estamos seguros que el gobierno los tenga todos, pero tiene que ver con un tema de confianza, y recuperar la confianza en el bolívar es una tarea inmensa, porque siempre el dólar ha sido un concepto de preservación de valor que ha protegido esas malas políticas o esos elementos que distorsionan la economía”, señaló.
Acosta apuntó que “el gobierno tiene mucho que trabajar de cara a no solo crear confianza, sino que estos elementos que van a fechar el manejo de los dólares definitivamente pueden crear más bien un mercado negro, porque la gente va a querer refugiarse, transar o procesar las cosas en dólares, por un tema probablemente más de confianza y no necesariamente de valor”.
Asimismo, agregó que las condiciones que se están planteando para la economía en general son favorables, pero no son suficientes para un repunte económico, “que es lo que quisiéramos, donde verdaderamente inyectamos a la economía inversiones a corto y largo plazo, donde se construya un concepto productivo distinto”.
Insistió en que “hay que ver esto como una gran oportunidad, Venezuela ahora es un país de competencia. Hay que competir, ser eficientes, ágiles, rápidos, buenos en lo que se hace, porque ya no hay márgenes. Antes teníamos márgenes que financiaban nuestros errores, ahora hay que hacer lo preciso, rápido y competente en relación a la nueva realidad económica”.