La administración de Nicolás Maduro aprieta las tuercas para garantizarse adeptos totalmente leales a través de las cajas y bolsas de comida subsidiada. Para ello, se realizan constantemente censos entre los beneficiarios, señalaron fuentes allegadas al programa de alimentos que pidieron no mencionar sus nombres.
Los voceros de los consejos comunales tienen la orden de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, CLAP, de utilizar cualquier mecanismo de presión y los censos son para medir el grado de adhesión al gobierno, afincándose en los más vulnerables desde el punto de vista político y económico, resaltó otra fuente.
Vecinos de las parroquias de Caracas que compran los CLAP indicaron que los representantes de los consejos comunales los conminan a llenar encuestas con preguntas extrañas sobre la importancia de ser revolucionario o recoger firmas como la campaña gubernamental contra las sanciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Prácticamente te arrinconan, pues la gente debe aportar sus datos o la firma en una planilla, cuaderno o libro antes de realizar el escaneo del pago del CLAP por el carnet de la patria previo a la entrega de la caja o la bolsa, contó un residente de Candelaria.
Otro habitante de Catia narró que los responsables del consejo comunal a cada rato recuerdan que gracias a Maduro tienes la bolsa y que debes mostrar agradecimiento apoyándolo en las buenas y en las malas.
Sin embargo, los vecinos manifestaron su disgusto ante el hecho de que las cajas y bolsas ahora cuestan más y traen menos alimentos, además la entrega se hace con retraso incluso en las zonas donde se hacía regularmente cada 3 semanas o un mes.
Según las cifras oficiales 7,3 millones de hogares reciben los CLAP, no obstante, las fuentes consultadas revelaron que la distribución en el interior del país continúa irregular o suspendida y que los beneficiarios se han reducido a la mitad.
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