Los secretos de «La Hechicera», la primera dama argentina

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    En el año 2010 comenzó la relación entre el presidente electo, Mauricio Macri, y la diseñadora de moda y empresaria, Juliana Awada. Ambos se conocían desde hace varios años porque vivían en el mismo barrio y compartían el mismo círculo social.

    La primera dama de 41 años pertenece a una familia de clase media acomodada que es dueña de la firma “Awada”  dedicada a la industria textil. La empresa fue fundada por sus padres (Abraham Awada, libanés y Elsa “Pomi” Baker, Siria) en los años ´60. Ella al poco tiempo de cumplir la mayor de edad comenzó a viajar hacia Nueva York, Londres y París para conocer las tendencias de la moda en las principales ciudades del mundo.

    A los 23 años contrajo matrimonio pero se divorció a los pocos años. Posteriormente mantuvo una relación con el conde belga Bruno Laurent Barbier, un millonario que tiene inversiones sojeras en Argentina. La pareja duró una década y el fruto de la relación es una hija llamada Valentina.  

    Mauricio Macri conoció a Juliana a través de su amigo y cuñado Daniel Awada. Ambos jugaban al golf en la costa uruguaya de Punta del Este mientras vacacionaban.

    “La Hechicera” así la llama el Presidente electo a su esposa. Se conocieron en un gimnasio de Barrio Parque, una de las zonas más caras y exclusivas de la Ciudad de Buenos Aires. Al poco tiempo de iniciar la relación se casaron y una año más tarde nació Antonia, la primera hija de ambos.  

    La primera dama es una de los cinco hermanos Awada. Daniel es dueño de la marca de ropa infantil «Cheeky»; Zoraida trabaja en la empresa; Leila es artista plástica; y Alejandro es un reconocido actor ganador de varios premios por sus actuaciones en televisión, teatro y cine. Desde hace varios Alejandro manifiesta su simpatía por el partido Frente para la victoria liderado por la presidenta Cristina Fernández.  

    En el mundo de la moda Juliana Awada es reconocida por la sobriedad  de sus diseños y su buen gusto. En el mundo político, se cree que sólo va a tener un rol tradicional de una primera dama, acompañar. Ella misma en varias entrevistas manifestó que no le interesa la política pero que es posible que participe en acciones sociales.