En medio de las dificultades que plantea la ciudad de Caracas, considerada una de las más peligrosas del mundo, la movida cultural y nocturna busca hacerse espacio en una experiencia que para unos representa la posibilidad de acceder a lugares y situaciones de esparcimiento y, para otros, una opción de producir los recursos necesarios para sobrevivir.
Durante 8 temporadas seguidas, el Microteatro Venezuela ha regalado a los caraqueños música, diálogos y colores, a través de propuestas llenas de romanticismo, críticas sociales, reflexiones, comedias y relaciones humanas.
Se trata de un concepto innovador de teatro de formato reducido en espacio y tiempo. Situaciones expresadas en tan solo 15 minutos, en las que el espectador puede sentir hasta las respiraciones de los actores.
Las dificultades económicas han afectado de manera sensible la producción de telenovelas; lo mismo que el secuestro de los centros culturales por parte del Gobierno venezolano ha reducido el número de las salas para el montaje de obras de teatro. Estas circunstancias, entre otras, mantienen a los actores y productores en una permanente búsqueda de opciones para no desaparecer del escenario artístico.
El Microteatro es una propuesta que intenta llegar a todos. Largas temporadas promocionales que ofrecen la posibilidad de ver dos obras y pagar solo una, son atractivas para os espectadores, pero, sin duda, son una garantía también para quienes necesitan del éxito económico de esta actividad.
En la última temporada del Microteatro, que llega a su fin este fin de semana, los asistentes han podido disfrutar de 28 propuestas distintas en igual número de salas y de un ambiente de encuentro y buena música que se prolonga más allá de la jornada que transcurre entre las 7 y las 10 de la noche. La nueva, la 9 temporada, ya ha sido convocada y los caraqueños seguirán contando con estos espacios para la distracción.
