Segunda noche de alta tensión en Minneapolis, a pesar de la entrada en vigor de un toque de queda a las 19:00 horas destinado a evitar una nueva explosión de protestas en esta ciudad del norte de Estados Unidos tras de la muerte el domingo de un joven negro abatido a tiros por la policía, y en coincidencia con el juicio por la muerte de George Floyd.
Además del toque de queda en toda la ciudad decretado por los alcaldes de Minneapolis y St. Paul, 1.000 soldados de la Guardia Nacional se han desplegado en la zona para evitar incidentes.
Cientos de personas se han reunido para una vigilia en los suburbios de Minneapolis donde murió Daunte Wright. Una escultura conmemorativa de un puño cerrado ha sido llevada en manifestación desde el lugar donde George Floyd fue asesinado a la escena de esta nueva tragedia.
«Ser una persona de color es agotador», dice Butchy Austin, de 37 años, un empleado de ventas convertido en activista desde el asesinato de George Floyd. «Queremos saber que podemos estar a salvo».
Poco antes de las 21.00 horas, casi dos después de que entrara en vigencia el toque de queda, decenas de manifestantes continuaban congregadas con sus pancartas y coreando consignas, mientras se refugiaban de la lluvia bajo paraguas y capuchas frente al Comisaría de policía de Brooklyn Center City.
Los manifestantes hacían frente a la policía a través de una valla recién erigida alrededor de la comisaría con carteles que rezaban: «Encarcelen a todos los policías asesinos racistas», «¿Soy el siguiente?», y «Sin justicia, no hay paz».
La policía disparó gases lacrimógenos en varias ocasiones contra los manifestantes y les ordenó que se dispersaran.
«Muere accidental»
La del lunes ha sido la segunda noche consecutiva de protestas después de que la policía matara a tiros a Daunte Wright, de 20 años, mientras conducía con su novia. Durante un control relacionado con una infracción de matrículas, un oficial «sacó su arma de fuego en lugar de su Taser», una pistola de pulso eléctrica que se cree que es menos letal que un arma de fuego, ha explicado la policía. El jefe de la policía local, Tim Gannon, habla de una muerte «accidental».
Para respaldar sus declaraciones, presentó la grabación del drama por la cámara que llevaba el policía.
El lunes por la noche las autoridades judiciales del estado de Minnesota transmitieron la identidad de la policía involucrada en un comunicado de prensa. Kimberly Potter, empleada del Departamento de Policía de Brooklyn Center durante 26 años, ha sido suspendida, según el comunicado.
En las imágenes difundidas se ve a los agentes sacando al joven de su vehículo y esposándolo. Este último opone resistencia y se sienta en su coche. Se escucha a la mujer policía gritar «Taser, Taser», para indicar que va a disparar. En cambio, resuena un disparo.
«Mierda, le he disparado», dijo la mujer policía mientras el joven, herido de muerte, se aleja al volante de su automóvil, que se estrella a unas calles de distancia. No está claro cómo la agente confundió su arma con su Taser.
El jefe de la policía local dijo que la policía está preparada para colocar las pistolas «en nuestro lado dominante y la Taser en nuestro lado débil».
El presidente Joe Biden calificó el asesinato de «trágico», pero advirtió sobre cualquier posible protesta violenta. «Creo que tenemos que esperar y ver qué muestra la investigación», dijo. «Las protestas pacíficas son comprensibles», agregó, y dijo que era consciente de la «ira y el dolor» que experimentan los afroamericanos, pero «no hay absolutamente ninguna justificación» para la violencia.
Los partidos de baloncesto, incluida la NBA, pero también de béisbol y hockey, programados para el martes por la noche, se han pospuesto.
Fuente: El Mundo