La reciente pérdida de los terminales de hidrocarburos de Bonaire y San Eustaquio muestran a una Petróleos de Venezuela (Pdvsa) muy disminuida con respecto a la empresa energética que era en 1998, como consecuencia de las desacertadas políticas de las administraciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, aseguraron fuentes especializadas del sector que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
«Pdvsa se ha reducido a su quinta parte a partir de los primeros años de 2000 y esa disminución en operaciones y tamaño le quita poder para negociar ventajosamente con inversionistas», sostuvo un consultado.
Precisó que la producción de crudo de la estatal petrolera cayó de 3,3 millones en 1998 a 500.000 barriles diarios en marzo.
Por otra parte, la refinación se desplomó a 200.000 barriles al día en la actualidad, cuando la capacidad de procesamiento de las refinerías venezolanas es de 1,3 millones de barriles de petróleo al día.
«Los planes de incrementar el bombeo de crudo podrían llevar la producción diaria a 700.000 barriles en 2021, muy lejos de los volúmenes alcanzados en 1998», reveló una fuente.
Agregó que esta situación se debe a la falta de inversión, malos negocios signados por lo ideológico-político en lugar de lo económico, la corrupción y la mala gerencia en todos estos años, llevando a Pdvsa a la peor de sus crisis operativa y financiera.
«En el plano internacional, las cosas no son mejores. Excepto Citgo en Estados Unidos, que es operada actualmente por una gerencia seria y capaz, el esto de los negocios de Pdvsa en el exterior se ha perdido», aseveró un experto.
En la lista de negocios que hicieron agua incluyó la refinería Isla de Curazao, las asociaciones estratégicas de Pdvsa con Nynas y Ruhr Oel en Suecia y Alemania, respectivamente, además de las refinerías de Cien Fuegos en Cuba y Refidensa en República Dominicana.
Asimismo, mencionó Petrojam en Jamaica, los negocios petroleros en Nicaragua y Ecuador, la inversión para construir una refinería en Brasil y los acuerdos de distribución de combustible en Argentina y Uruguay.
Las fuentes destacaron que atraer inversionistas con músculo financiero y tecnológico para reflotar las operaciones de Pdvsa en Venezuela depende en gran medida de que las sanciones del gobierno de Estados Unidos contra Maduro sean levantadas. «De no ser así, es muy difícil que los inversionistas importantes se arriesguen a venir al país», dijo un experto.
Consideró que los nuevos acuerdos de negocio con Rusia, China e Irán tienen sus limitaciones porque representan cientos de millones de dólares con posibidades limitadas de recuperación a corto y mediano plazo.
«No hay que olvidar que de la producción petrolera venezolana actual, unos 300.000 barriles diarios son para pagar la deuda contraída en el pasado con China y Rusia», advirtió.
Otra fuente refirió que con la disminución de las operaciones de Pdvsa se han dejado de ganar 50 millardos de dólares en los últimos dos años.