En 2020, la Unicef indicó que 13% de los niños que emigran de Venezuela lo hace sin ningún representante. El mismo porcentaje de menores sale del país con su mamá y papá, mientras que 4% solo con el padre, y 45% solo con la madre. Este martes las cifras volvieron a ser recordadas por Wilfrido Acuña de Care, organización internacional con presencia en más de 90 países dedicada a crear soluciones para la pobreza y la desigualdad
“El Estado ecuatoriano informó que la población venezolana en Ecuador es de 354.600 personas y si planteamos el porcentaje de 13% de la Unicef de niños no acompañados, sería 46.098. Pero nosotros creemos que los venezolanos en Ecuador son al menos 500.000 personas, por lo que estimamos que son 75.000 niños, niñas y adolescentes que llegaron sin estar acompañados”, indicó.
Acuña, ol oficial de incidencia de Care Ecuador, fue uno de los ponentes del foro sobre la situación de la Niñez migrante no acompañada y separada procedente de Venezuela, realizado este 7 de diciembre por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Aseguró que los porcentajes más alarmantes de la niñez migrantes, según lo expuesto anteriormente por Unicef, son los de desnutrición crónica (47,3%) y anemia con la que cruzan fronteras (33,7%).
Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap y abogado, explicó: “Cuando hablamos de emergencia humanitaria siempre lo relacionamos con desastres naturales, pero hay otros que son provocados por el hombre y la emergencia que ocurre en Venezuela tiene decisiones políticas. Una emergencia humanitaria compleja genera sufrimiento en la población y efectos devastadores. Ante esta realidad, las personas optan por la migración como una posibilidad de supervivencia”.
Las cifras ofrecidas por organizaciones y otros países son importantes porque “en Venezuela no hay datos oficiales y el último boletín epidemiológico al que se tuvo acceso indicó fue en 2016 porque fue filtrado. Con él se supo que 11.400 niños menores de un año murieron por causas prevenibles”, puntualizó Trapani.
“Desde 2005 no se publican cifras de violencia contra niños. Al día de hoy no se sabe por qué mueren los venezolanos (…) Por esta razón muchas de los datos que hoy se manejan, incluso por Naciones Unidas, son levantados por las organizaciones o universidades mediante investigaciones”, acotó.
Ante estos estudios, Cecodap y el Observatorio Venezolano de Violencia indican que entre 2017 y 2019 se contabilizaron 3.738 muertes violentas de niños, niñas y adolescentes. Cifra que el abogado destaca que no es oficial ni representa la totalidad, pero sí refleja una tendencia al alza.
El coordinador general de Cecodap también recordó que desde 2016 está suspendido el programa de trasplante de órganos y los niños fallecen por falta de un trasplante.
Las dificultades que enfrentan los niños migrantes no acompañados
“La población venezolana por sus situaciones específicas de múltiple vulnerabilidad necesita ayuda internacional y esto lo dice la Defensoría del Pueblo de Colombia”, afirmó Acuña, al mencionar las distintas necesidades que viven los menores al estar en un territorio desconocido sin ningún representante.
Entre las dificultades indicadas por este ponente están: una mayor exposición a sufrir violencia sexual, mayor vulnerabilidad del embarazo infantil y adolescente, mayor tendencia al matrimonio infantil y el incremento de la necesidad de que estén informados sobre el derecho a decidir la interrupción de un embarazo por violación.
Ante el panorama, el oficial de incidente de Care dijo que es importante “plantear la posibilidad de generar un espacio regional para dar respuesta como organizaciones de la sociedad”, además de apoyar la realización de estudios cualitativos y cuantitativos sobre las implicaciones de las medidas impuestas en la pandemia sanitaria y su relación con la salud mental de los menores.
Las consecuencias psicoemocionales en los niños no solo son abordadas desde Care. Trapani enfatizó que en Venezuela el contexto de encierro y clausura de escuelas por meses afectó a los más pequeños y a los adolescentes.
“Confirmamos 33 casos de violencia autoinfligida en niños y adolescentes, lo que muestra la importancia de la salud mental porque son niños que se preocupan porque no tienen qué comer o porque no están con sus padres”, dijo Trapani, y destacó que la educación a distancia fue insuficiente ante dos tercios de la población sin acceso a Internet.
“La familia no es una escuela y no puede pretender serlo. Sumado a ello, en el contexto de pandemia desde Cecodap también se identificó que los registros civiles no tienen acciones que le garanticen la continuidad del proceso de documentación a los niños”, añadió.
Por parte de Save The Children, Rocío Dutary, representante de la organización, desde Panamá señaló que desde 2018 el secretario general de las Naciones Unidas coordina una respuesta en los 17 países de Latinoamérica y el Caribe impactados por esta migración y busca apoyar con optimización de los recursos.
“Específicamente de la niñez migrante no acompañada este año se está trabajando en un mapeo de información disponible con datos de los últimos tres años, porque no ha sido fácil identificarlos ni confirmarlo. Además, se trabaja en un diagnóstico regional en todas las naciones que forman parte de la plataforma y también estamos liderando una campaña sobre la migración forzada venezolana para visualizar la situación de los niños migrantes no acompañados y promover cambios estratégicos”. expresó Dutary.