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La flexibilización a cuenta gotas de las sanciones de Estados Unidos contra la administración de Nicolás Maduro tocó el gas licuado de petróleo (GLP) o de bombona.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) extendió la autorización para transacciones que permiten la exportación de gas licuado de petróleo a Venezuela, que había sido emitida hace un año.
La licencia general que vencía el 7 de julio fue renovada por un año más, hasta el 12 de julio de 2023, y contempla ciertas transacciones de exportación o reexportación del gas licuado, utilizado mayormente como combustible para cocinar, calentar el agua y también para generar energía eléctrica.
Sin embargo, fuentes del sector energético, que solicitaron guardar sus nombres en reserva, aseguraron que las condiciones impuestas para importar ese gas pone en tres y dos al oficialismo.
La OFAC autorizó a la administración de Maduro la importación de GLP, pero el pago de esos volúmenes debe ser en cash, excluyendo la fórmula de cancelar la factura en petróleo o en productos derivados.
«Los altos precios internacionales del GLP -empujados incluso desde antes de la invasión de Rusia a Ucrania- limitan al Ejecutivo venezolano a erogar recursos para importar un gas destinado solo al consumo doméstico», manifestó un consultado.
Explicó que el precio al público de las bombonas no compensa el gasto de millones de dólares que implica traer ese combustible importado.
«El régimen tendrá que decidir si suministrar el GLP a la población con fines socio políticos compensa el gasto de divisas; sobre todo, porque el precio de la bombona en Venezuela es mucho más bajo que el GLP importado», refirió una fuente.
Los precios oficiales en el mercado interno de derivados de hidrocarburos de las bombonas de 10, 18, 27 y 43 kilos de capacidad están en 5, 10, 15 y 20 bolívares, respectivamente.
Otra inquietud expresada por las fuentes es que el ingreso de combustible importado incentiva aún más el mercado negro y las mafias que acaparan y venden el producto 10 y 20 veces por encima de la regulación oficial aprovechando la fuerte escasez.
La producción de GLP en Venezuela es de 30.000 barriles diarios, fundamentalmente en el Complejo Criogénico de Jose, estado Anzoátegui, pues las refinerías nacionales casi no lo producen por limitaciones técnicas.
No obstante, la demanda interna de GLP es de 62.000 barriles al día, lo cual evidencia un déficit de abastecimiento superior a 50% y que podría reducirse con importaciones.
Las fuentes señalaron que la escasez del combustible -utilizado fundamentalmente para cocinar por la gran mayoría de las familias venezolanas- ha hecho que en los últimos cinco años 4 millones de más de 6 millones de hogares recurran a la leña como fuente sustituta de energía.
Gas petroquímico
«La manera más rentable de usar el gas es en la industria petroquímica como materia prima para la obtención de plásticos utilizados en la fabricación de bolsas, envases, empaques y otros productos terminados», dijo una fuente.
Sin embargo, agregó que esta opción queda excluida de la autorización de la OFAC porque la importación de GLP es con fines humanitarios.
Recordó que desde 2018 las plantas de olefinas, polipropileno lineal y de baja y de alta densidad y PVC -ubicadas en el complejo Zulia-ElTablazo- están paralizadas por la falta de materia prima y repuestos.
Las fuentes precisaron que Pequiven, filial petroquímica de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) adelanta modestas inversiones para reactivar esas plantas.
Representantes de la industria venezolana de plástico manifestaron su respaldo a la iniciativa, ya que significa seguridad de suministro por parte de Pequiven, aunque el precio sea sincerado y en dólares.
«Conseguir materia prima en los mercados internacionales se ha vuelto muy difícil por la crisis de la guerra en Ucrania y si la consigues, es a precios astronómicos», reveló un consultado.