Patricia Berríos es una joven venezolana que hace siete meses emigró a Ecuador, en busca de mejorar su vida y de vivir nuevas experiencias. Así que se aventuró a participar en la primera temporada del reality show ecuatoriano Guerreros de la Fucsia que es transmitido a través de la plataforma de YouTube y por Facebook.
Ella calificó este reto como una nueva experiencia. “Recién estoy conociendo a las personas de acá. Me motivé yo misma a participar en este desafío, ya que esta es una nueva experiencia que estoy viviendo en estos momentos. Es algo increíble, de verdad que sí”.
Entre los 20 participantes iniciales cuatro eran venezolanos, de los cuales solo Berríos logró pasar a la final. El o la ganadora obtendrá un premio en metálico de 1.000 dólares y una cirugía estética. “Esta es la primera temporada y estamos en los últimos capítulos y se acaba la primera temporada del reality. Ya estoy en la final, cosa que jamás me imaginé. Éramos cuatro venezolanos y solo uno pasó a la final, y esa soy yo. Voy a dejar a Venezuela bien en alto, ya verán”.
Aseveró que ha dado el todo por el todo en la competencia. “Esta es una nueva experiencia que estoy viviendo. Ya me encuentro en la final, éramos 20 participantes y ahora quedamos cuatro: dos hombres y dos mujeres. He luchado y he guerreado para llegar a la final. Jamás pensé que llegaría a la final, pero con fe y mente positiva todo se puede”.
Desafiando sus miedos
Berrío explicó que esta competencia la ha llevado a desafiarse a sí misma. “He vivido una experiencia y he aprendido muchas cosas dentro del reality. Yo era una persona súper, súper negativa. Cuando hice el casting, dije: ‘Será que entro o será que no‘, porque yo veía a esas mujeres (…) En un reality agarran a personas con madres de cuerpo y dije: ‘No, yo acá no entro‘. Y después dije: ‘Sé que sí, mente positiva. Yo sé que tú vas a entrar’ y boom, a los tres días me llegó el mensaje. Cosa que no me imaginaba”.
También la ha llevado a conocer el lado oscuro de las personas: “He aprendido que no se puede confiar en las personas, hay que primero conocerlas y no darle confianza a la primera. Ahí también me he llevado unos golpes, pero a raíz de eso he aprendido porque yo era una persona súper confiada con todos y, a raíz de eso, he aprendido muchas cosas. Sea cual sea el resultado, será este viernes, con el favor de Dios”.
Más allá del autoconocimiento interno, Guerreros de la Fucsia también le ha brindado a Berríos la oportunidad de redescubrir las capacidades físicas de su cuerpo. “Hay que superar retos de fuerza y destreza como mover y cargar cauchos, o llantas como les llama en Ecuador. Pasar ratoneras, subir y bajar escaleras. Lo que hay que tener ahí es mucha resistencia, fuerza, mentalidad y agilidad. Con eso ya lo tienes todo y mente positiva, obviamente”.
Aseguró que como ella era gimnasta la competencia se le hace un poco más fácil. «Aunque si lo ves desde lejos, piensas que es fácil, pero la competencia es difícil. Cuando uno lo hace, se cansa en la segunda vuelta, pero sí es bueno”.
De cara al futuro
A diferencia de otros realities, Guerreros de la Fucsia se graba dos veces a la semana en locaciones determinadas por la producción y por tratarse de la fase final ya solo son actividades de fuerza. “En los últimos capítulos de esta primera temporada ya solo hay competencias de fuerza física, ya canto y baile se terminó. Hay que saber cantar y bailar, un poco, tampoco es que hay que ser profesional para poder aventurarte”.
Confiada en sí misma y en Dios, Berríos aseguró que Venezuela pronto obtendrá un nuevo título en la final de la competencia que se llevará a cabo el próximo viernes, 22 de julio: “Aunque ya me declaré campeona, sea cual sea el resultado le voy a dar gracias a Dios porque jamás imaginé llegar a la final. Jamás me imaginé estar en una experiencia como esta, en un desafío como este”.
No obstante, si los planes no salen como espera, Berríos no se amilana y ya tiene decidido qué hará al salir de la competencia: “Pienso seguir con mi carrera, estoy haciendo un curso de micropigmentación y quiero montar un negocio de eso. Pero sea cual sea el resultado, pa‘ lante es pa‘ llá, como dice un venezolano”.