Petro en la instalación de la Conferencia Internacional sobre Venezuela: «La historia de América Latina está en nuestras manos»

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La reincorporación de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, la discusión sobre un calendario que «solucione el problema electoral venezolano», y el establecimiento de un cronograma de levantamiento paulatino de sanciones fue, en síntesis, la propuesta que colocó en la mesa el presidente colombiano, Gustavo Petro, durante el discurso de apertura que ofreció en la instalación de la Conferencia Internacional sobre el proceso político en Venezuela, realizado este martes 25 de abril, en la ciudad de Bogotá.

El mandatario neogranadino habló desde el Palacio de San Carlos, sentado en el centro del aforo, junto al ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, y de la jefa del despacho presidencial, Laura Camila Sarabia. Así como de decenas de embajadores y representantes diplomáticos, quienes acudieron al llamado, en pro de colaborar en la facilitación de una solución para la crisis que afronta Venezuela.

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Petro no ocultó la importancia del encuentro. Desde su saludo dijo que reconocía que la cumbre generaba «grandes esperanzas»; y advirtió seguidamente que cuando esto ocurre, también podrían generarse «grandes decepciones». «Yo espero que ocurra lo primero, Grandes Esperanzas, sonrió, aludiendo a la novela homónima del escritor inglés Charles Dickens.

Fue gráfico en su discurso, con el propósito de ser bastante explicativo en la propuesta que Colombia presenta. Para ello recordó que en la «pieza de al lado», citando otro libro, esta vez de Eduardo Galeano, «hubo muchos Días y Noches de Amor y de Guerra«; pues allí se encontraban Simón Bolívar y Manuela Sáenz.

«Bolívar era llamado el bailarín del nuevo día. Allí hubo muchísima pasión y muchísimo placer. Estaban atraídos por el amor y la pasión, pero allí mismo lo intentaron matar, en lo que se llamó la Conspiración Septembrina», dijo.

Aseguró que pudo allí el libertador de cinco naciones encontrar la muerte; pero al saltar por la ventana logró escapar. Explicó entonces Petro que ese «mito fundacional», que unía el amor y la guerra, está presente en todos los países de América Latina; que de haberse entendido en su momento hoy fuera una gran nación en el mundo, la de mayor potencia en su biodiversidad.

«Este salón puede servir de escenario energético para encontrar soluciones», añadió. Pues enfatizó que el pasado común, a pesar de las dictaduras, las ambivalencias y las tensiones, ha siempre buscado vivir en democracia, libertad y paz.

«No ocultamos cartas debajo de la mesa. Somos la sociedad más desigual del mundo. La pregunta es si podremos convivir o tenemos que guerrear como hasta ahora ha sido», añadió.

Presentando, de algún modo, las ventajas de dialogar y de entenderse, Petro expuso su pensamiento. Dijo creer que si anteriormente hubiera habido un desarrollo en la capacidad de entendernos y menos ego y orgullo, no «hubiéramos perdido el futuro».

De todas las delegaciones presentes en la cumbre, Petro informó que la de Estados Unidos era la más amplia, conformada por cinco personas

Así volvió a sus recuerdos, al año 1972, a la conformación de la Convención Americana de Derechos Humanos, y citó el paso de la región por la época de las dictaduras; para, incluso, recordar su participación en la insurgencia armada de la izquierda en Colombia y denunciar la muerte de sus compañeros por sólo «pensar distinto».

Ante la amenaza latente y evidente de que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos todavía «no se sostiene», a pesar de que han pasado 30 años, se preguntó si la región podría volver a los años 70.

«¿Nuestra incapacidad de convivir en medio de las diferencias, en la sociedad más desigual del mundo, nos llevará de nuevo a la guerra, y a las dictaduras, con torturados, desaparecidos y exiliados; o nos podremos entender para establecer alternancia política?», interrogó a los presentes; para entonar una frase que no dejó de tener cierto aire contundente o dramático: «La historia de América Latina está en nuestras manos».

Insistió entonces que ese salón (y los presentes) busca que se alcance la reconstrucción democrática profunda de toda la región, para lograr una sociedad «más igualitaria y libre»; y respecto a Venezuela que se acuerde un calendario electoral, así como que no sea sancionada.

En ese momento aseguró haber visto a venezolanos por las calles de Colombia: «Un pueblo que viene huyendo del hambre y de la miseria»; una situación que a su juicio es causada directamente por las sanciones que mantiene Estados Unidos sobre el país.

“En nuestros países, y en el caso venezolano, creo que tenemos que andar sobre dos rieles al mismo tiempo: establecer el cronograma, sí, de las elecciones y sus garantías; que el pueblo venezolano pueda decidir libre y soberanamente qué quiere, sin presiones. También el otro riel del levantamiento de las sanciones”, recalcó Petro.

Y en este sentido hizo un llamado para que Venezuela pueda tomar sus decisiones en profunda libertad, “sin que nadie, fuera de su país, los presione para tomar decisiones contrarias a su propia voluntad política. Ni nadie dentro de su país los presione para que sus decisiones soberanas terminen siendo conculcadas”.

Fue enfático al decir que aspiraba ver que los deseos y esperanzas del pueblo venezolano se volviesen realidad y que no sea «un pueblo que se asuste por nada».

La propuesta de Colombia de que Venezuela regrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, ya la hizo Petro el miércoles 19 de abril ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en su reciente visita a Washington. Dijo que de lograrlo, “sería una gran conquista”.

“Ojalá todo comenzara por el reingreso de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, porque al final somos los latinoamericanos los que tenemos que decidir si vamos hacia la democracia o hacia la guerra y la confrontación y son los venezolanos, nadie más, los que tienen que decidir libremente su próximo futuro”, expresó.

Reconoció que parte del trabajo de los delegados asistentes a la Cumbre será definir «si vamos hacia el amor o vamos hacia la guerra. Si hay que usar las ventanas para escapar con la ayuda del amante, o es mejor el encuentro entre los amantes, a pesar de las diferencias».

Luego de concluir su discurso, Petro se levantó y se despidió de los presentes. Al instante se pudo escuchar a su canciller pedirle a los comunicadores y periodistas que abandonaran la sala.

Delegaciones presentes

Antes de comenzar con su alocución, Petro saludo a Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, al canciller de Colombia, Álvaro Leyva Durán, a los embajadores y jefes de las misiones diplomáticas acreditadas en el vecino país, así como también a los enlaces diplomáticos del más alto nivel de los organismos internacionales presentes.

«Aquí hay delegaciones diplomáticas y ministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero; de Brasil, embajador Celso Ruiz Amorim, jefe de la Asesoría Especial de la Presidencia; la embajadora Gisela María Figuereido, secretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil para América Latina; Rogelio Maita, canciller de Bolivia; Alberto van Klaveren Stork, ministro de Exteriores de Chile; también María Inés Ruz, embajadora de Chile en Colombia; de México no asistió Marcelo Ebrard, actual ministro de Relaciones Exteriores de México sino Efraín Guadarrama, director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos; Patricia Ruiz Anchondo, embajadora de México en Colombia; Eduardo Enrique Reina García, secretario de Relaciones Exteriores y Cooperación internacional de Honduras; y Mia Amor Mottley, primera ministra de Barbados.

De Estados Unidos acudió una delegación: el asesor presidencial especial para las Américas, Christopher J. Dodd; el consejero adjunto de Seguridad Nacional, Jonathan Finer; Juan González, director senior para el Hemisferio Occidental; Mark Wells, Subsecretario Adjunto para Brasil y el Cono Sur y para Asuntos de la Región Andina; y Francisco Palmieri, encargado de Negocios de los Estados Unidos en Colombia.

De Canadá está Marianick Tremblay, embajadora de ese país en Colombia. De Europa está un representante de Portugal, uno de España, Dag Nylander, jefe del Equipo Facilitador del Reino de Noruega, así como el director del departamento del ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, un representante de Turquía, la embajadora de Alemania, Romain Nadal, embajador de Francia en Venezuela, y un embajador de Sudáfrica.

De igual modo está un embajador de Italia, y Joseph Borrel, embajador de la Unión Europea.

Fuente: Presidencia de la República de Colombia

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