En los últimos ocho años la producción de semillas de papas para uso industrial ha caído 95% en Venezuela, una cifra que pone en alerta a la agroindustria del país en medio del intento de recuperar la productividad.
Así lo advirtió Aldemaro Ortega, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Productores de Papas y Hortalizas (Fenaphort), quien destacó que para recuperar la producción los agricultores proponen al Ejecutivo garantizar el financiamiento e importar 7.000 toneladas de semillas.
Explicó que la principal causa del problema es el contrabando de papas colombianas en el mercado venezolano. «Más de 70% de las papas que se consumen en Venezuela provienen del contrabando de papas colombianas y un ejemplo claro es el mercado Coche, en Caracas», sostuvo.
Aseguró que los camiones que transportan ese tubérculo llegan «libremente» al principal mercado mayorista de la ciudad, capital sin enfrentar problemas legales.
«Eso es lo que se llama una competencia desleal», agregó el agricultor, al enfatizar que tanto los productores como la agroindustria no solo se enfrentan al contrabando, sino también a la falta de financiamiento por parte del Estado y de la banca nacional.
«Nosotros somos financiados por el sector industrial, que es el que entrega el abono, la semilla, los fertilizantes, asesoría técnica y el fondo de avance, es decir, que nos deposita dinero para recoger la cosecha de las papas», aseveró el presidente de Fenaphort.
Esto ha generado que la «yuca desplace seriamente a la papa» en los platos de la comida del venezolano, que anteriormente era uno de los principales rubros de consumo nacional, según Ortega.
De hecho, a pesar de que los precios de las papas no son tan costosos, «en el mercado se consiguen 4 kilos de yuca por un dólar y justo eso es lo que está buscando el ciudadano, la economía», acotó.
De acuerdo con el agricultor, en la actualidad en las zonas de los estados Aragua, Carabobo y Lara -que hasta 2015 fueron ricas en la producción de semillas de papas de uso industrial- solo se produce 5% de lo que se cultivaba hace ocho años atrás.
«Se ha venido paralizando progresivamente la siembra de papas blancas para uso industrial, que son las que procesan industrias como PepsiCo, Munchy y los pequeños y medianos empresarios que producen papitas para perros calientes», detalló el dirigente gremial.
Ortega lamentó que en estos momentos la producción de semillas de papas de uso industrial nacional no esté siendo estimulada por el Estado venezolano.
«La que han estimulado es la papa María Bonita, que es la que está produciendo el Estado, pero esa no nos sirve a nosotros los de la agroindustria porque el consumo de papa cayó», añadió.
Los costos de producir papa en Venezuela
El presidente de Fenaphort indicó que para producir una hectárea de papas de uso industrial entre Aragua, Carabobo y Lara se requieren alrededor de 10.000 dólares, mientras que en los estados andinos: Mérida, Táchira y Trujillo, los agricultores calculan entre unos 18.000 y 20.000 dólares para producir la misma cantidad de papas.
«Los costos son muy elevados y eso es un riesgo que no podemos asumir mientras continúe el contrabando de papas colombianas en el mercado venezolano» sentenció Ortega.
Dijo que los productores de la región andina también han denunciado el contrabando de papas que proviene del país vecino.
«Pelean con el contrabando colombiano y con la caída de la producción nacional. Nosotros queremos un mercado seguro para la agroindustria para recuperar los espacios que hemos dejado de sembrar durante siete años», dijo el agricultor.
7.000 toneladas de semillas de papas para recuperar la producción
El presidente de Fenaphort resaltó la propuesta del sector agroindustrial a la administración de Nicolás Maduro para recuperar la producción nacional de papas: garantizar el financiamiento e importar 7.000 toneladas de semillas.
«El Estado me entrega a mí el financiamiento, yo le siembro papas a la agroindustria, pero la agroindustria me pide autorización para cancelarle el financiamiento al Estado con sus intereses. Si lo hacemos bajo esa modalidad, el Estado nunca va a dejar de perder y va a recuperar las plantas procesadoras de uso industrial», indicó el productor.
Para Ortega, «si no nos ponemos de acuerdo con el Estado venezolano, llámase ministerio de Agricultura y Tierras, productores y agroindustria, no vamos a poder sacar de abajo la producción de papas en el país».
Además, considera que se debe tener un «plan B» para incentivar la producción nacional de papas en Venezuela, debido a que las importaciones de semillas están paralizadas y prohibidas por el Estado.
«Nosotros estamos de acuerdo con la reproducción de semillas en el país, porque se le está dando prioridad a la producción nacional y de eso se trata la soberanía agroalimentaria, pero estamos pidiendo un plan B, que es la autorización de 7.000 toneladas de semilla importadas para estabilizar la producción nacional de papas de uso industrial y consumo fresco», puntualizó.
Ortega destacó que en Venezuela hay nuevas tecnologías en reproducción de semillas nacionales «y muy buenos avances científicos y académicos que traen nuevas innovaciones» para el sector, por lo que considera que se debería aprovechar esta propuesta para recuperar la producción de papas en el país.