Venezuela fue uno de los principales países exportadores de petróleo del mundo entero, y fue uno de los principales suplidores de crudo de los Estados Unidos. En 1997 la nación suramericana logró un pico de producción de casi 2 millones de barriles de petróleo diario.
A finales de la década de los 90, Venezuela aportaba 20% del petróleo importado por EE.UU, sin embargo, cuando Hugo Chávez llegó al poder, decidió reducir los suministros al gigante americano, para desviarlo hacia China.
A partir de las sanciones del año 2019, impuestas por el Departamento del Tesoro norteamericano, Venezuela dirige hasta un 80% de sus despachos de crudo a China e India.
Por otra parte, Vladimir Putin, ayudó a Maduro a sortear las sanciones de EE.UU, convirtiendo a la empresa Rosneft en el primer comercializador el crudo venezolano.
La petrolera rusa evitaba las sanciones de Estados Unidos porque recibía el petróleo como pago de las deudas que mantenía con Caracas. Además recibía cuantiosos descuentos que permitían importantes ganancias.
Ahora todo ha cambiado. El petróleo vive momentos de incertidumbre por la baja en los precios y por la pandemia mundial de COVID-19 y Rosneft está fuera de juego. ¿Cuál será el próximo movimiento del Kremlin?
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