Es el primer sábado de julio y las dos pruebas rápidas de COVID-19 a las que sometieron a Miranda León, como la llamaremos para proteger su identidad, han dado positivo. Le dicen que va a ser llevada a aislamiento en un hotel del municipio Libertador, en el Distrito Capital, aunque no le indican que el margen de error de esta prueba es grande y que las probabilidades de contagio en estos espacios son altas.
Hasta hace poco no teníamos pacientes con COVID-19, eso fue uno de los lineamientos de las autoridades. Nuestras instalaciones solo serían utilizadas para aislar a connacionales por riesgo sanitario, pero tenemos algunos hoteles donde informan que están alojando a gente contagiada asintomática, revela una fuente del sector hotelero cuyo nombre mantendremos en reserva.
Explica que en marzo, cuando fueron confirmados los primeros casos de este coronavirus en Venezuela, los migrantes venezolanos que retornaron ante las dificultades de mantenerse en sus países de acogida durante la pandemia eran sometidos al despistaje de la prueba rápida, tanto en el lugar de acogida en la frontera como al ingresar al hotel, y quien resultara positivo era trasladado a un centro de atención donde lo aislaban y le aplicaban la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa, por sus siglas en inglés), pero en la actualidad necesitan las habitaciones para ubicar a personas infectadas.
En el hotel, aquellos que, al igual que León, dieron positivo al test tomado con muestra de sangre son ingresados y a ninguno le realizan la PCR. Las dividen en grupos de dos personas por habitación, donde comparten una litera, además de una enfermera para atender a todos los casos sospechosos hospedados en este lugar. Médicos no hay, sino que dan rondas por los distintos hoteles de Caracas y entre los habilitados para coronavirus están los de la calle de los hoteles de Plaza Venezuela y los de la avenida Andrés Bello, dice un familiar de Miranda León.
Los hoteles en Venezuela, tanto los de la capital como los del interior, no cuentan con equipos médicos ni especializados para atender a pacientes con COVID-19, afirma la fuente de este sector, quien añade que en el Área Metropolitana de Caracas hay 11 hoteles privados ocupados y en Miranda, 36.
Detalla que es poca la información que tienen de todo el territorio nacional, porque el manejo de la emergencia ha sido de acuerdo con la autoridad regional. En Zulia son 30 hoteles privados los ocupados, mientras que en el estado Anzoátegui no han necesitado porque han sido suficientes con los que administra el Estado, que suman cerca de 800 habitaciones. Además, hay ciudades como Valencia, en Carabobo, donde se utilizan habitaciones de espacios públicos como la Villa Olímpica o la Isla de Margarita, que usó un centro de eventos para atender a los migrantes.
Cada día, un familiar de Miranda León le lleva comida, y al ver las condiciones en las que se encuentra asegura estar preocupada por ella: Hay varios en ese hotel que presentan los síntomas de la COVID-19. Así que si no estaba contagiada, posiblemente resulte estarlo por el contacto con los otros.
La información que manejan los hoteles es que en las habitaciones solo hay casos sospechosos y cuando alguno da positivo a la PCR es llevado a un hospital, pero los detalles de los casos solo los tienen la Gobernación de Miranda o la Alcaldía de Caracas, señala otra fuente del sector hotelero.
Cinco días después de haber dado positivo a los despistajes rápidos y ser aislados en el hotel, León y todos los que con ella ingresaron fueron sometidos a la PCR y se les indicó que los resultados llegarían dos días después, fecha en la que cumplirán una semana en este lugar.
En los hoteles cuatro o cinco estrellas la realidad es diferente, detalla una fuente. La situación ha sido muy controlada y organizada tanto por la Alcaldía de Caracas, como por la Gobernación de Miranda. No ha habido contagiados, solamente ingresan los connacionales en cuarentena y ninguno es positivo, indica, al enfatizar que solo 5% de estas instalaciones cinco estrellas del país han sido solicitadas por el gobierno y se ubican únicamente en los estados Miranda y Distrito Capital porque en el resto del país, entre ellos los fronterizos con altos números de contagios como Apure, Zulia y Mérida, no han solicitado estos hoteles.
La prueba PCR de Miranda León salió negativa, pero su compañera de habitación dio positivo. No previeron que si una persona la aíslan por ser sospechosa de COVID-19 deben aislarla sola y no en grupos, dice su familiar.
Mientras la compañera de habitación de León es llevada del hotel al hospital, a Miranda la aíslan sola esta vez, y el 16 de julio le empiezan a suministrar tratamiento de amoxicilina y acetaminofén, según indican los allegados, aunque está asintomática y no se le ha vuelto hacer la prueba de diagnóstico desde que la persona que compartía el cuarto de hotel con ella dio positivo.
En una semana a León le volverán a aplicar la PCR, para esa fecha tendrá más de 15 días en el hotel al que llegó sin COVID-19 y donde aún no le indican si está contagiada o no.
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