El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, inició una ronda de conversaciones con varios países de Europa para negociar el suministro de gas natural licuado (GNL) que se produce a partir de gas venezolano, el cual proviene del campo Dragón.
«Existe un gran interés europeo en lo que está sucediendo en Trinidad y Tobago mientras intentan llevar al mercado recursos de América del Sur», dijo durante una conferencia sobre energía en Puerto España, reseñada por Reuters.
En diciembre, el gobierno de Venezuela otorgó una licencia de 30 años a Shell y a la Compañía Nacional de Gas de Trinidad (NGC) para el desarrollo conjunto de un prometedor campo de gas marino cerca de la frontera marítima entre los dos países. La primera producción podría comenzar a finales del próximo año.
El proyecto Dragón podría marcar las primeras exportaciones de Venezuela de sus vastas reservas de gas en alta mar, con una producción inicial de 185 millones de pies cúbicos por día, señala la agencia de noticias.
Las partes han comenzado a preparar un plan de desarrollo, dijo en la misma conferencia el ministro de Energía de Trinidad, Stuart Young.
Venezuela está tratando de monetizar sus reservas de gas para complementar los ingresos por exportaciones de petróleo y combustibles, que constituyen la mayor fuente de ingresos del país en divisas.
Por su parte, Trinidad y Tobago quiere obtener acceso a los depósitos de gas de sus vecinos, ya que la producción de sus propios campos seguirá disminuyendo hasta 2028, dijo el director de la Compañía Nacional de Gas estatal, Mark Loquan.
Trinidad necesita suministros adicionales de gas para impulsar la producción y las exportaciones de GNL, amoníaco y metanol a medida que aumenta la demanda mundial, añadió Loquan.
Los campos de gas compartidos Loran-Manatee y Cocuina-Manakin entre Venezuela y Trinidad, y un proyecto para recuperar el gas quemado de Venezuela también podrían contribuir a los suministros de gas esperados de Trinidad a partir de 2028, según Loquan.