Ricata es una chocolatería artesanal que produce tabletas con diferentes porcentajes de cacao y en varias presentaciones, para ofrecerles a los amantes del chocolate y exploradores gastronómicos una opción “saludable y auténtica”. Así lo describe la emprendedora Luisa Calderón.
“Nuestra chocolatería nació en noviembre de 2018 con la elaboración de nuestra primera barra de chocolate, 64% cacao de Sur del Lago. Esa barra fue procesada con una máquina refinadora de cacao que logramos adquirir en ese momento. Desde ahí comenzó nuestra práctica y aprendizaje procesando cacao de diferentes regiones de Venezuela para convertirlo en delicioso chocolate. Hoy, luego de varios años de experiencia, seguimos aprendiendo todos los días acerca de nuestro trabajo y cómo mejorar nuestros procesos de producción”, manifestó.
Respecto a cómo surgió esta idea de negocio, relató que durante su estadía en el estado Mérida tuvo la oportunidad de compartir con pequeños productores de cacao de la región de Sur del Lago de Maracaibo, lo que le permitió conocer de primera mano todo el proceso de cultivo, cosecha y postcosecha de este fruto.
Resaltó que en cada barra que elaboran se detalla el origen específico de cada cacao, su porcentaje e ingredientes mínimos (cacao, azúcar y manteca de cacao). “Nuestra intención es que todo el que lo pruebe pueda sentir y disfrutar de sus sabores y aromas complejos”, dijo.
También ofrecen catas de chocolate a personas que deseen vivir una experiencia multisensorial a través de la degustación. Se trata de probar con los cinco sentidos chocolates de diferentes orígenes del país con distintos porcentajes de cacao, de una manera lúdica y divertida, explicó.
De la semilla a la barra
Calderón considera que este emprendimiento es especial porque es un chocolate Bean to Bar, que significa de la «semilla a la barra». “Nos diferencia también nuestra ética de trabajo y constante innovación en idearnos distintas inclusiones con ingredientes venezolanos. Por ejemplo, tenemos una barra en donde incorporamos un picante amazónico ahumado y deshidratado que verdaderamente vale la pena probarlo”, acotó.
También consideró importante destacar que “en pleno proceso de crianza familiar, nos hemos planteado el reto de crear un espacio productivo que nazca del núcleo del hogar y que tenga como propósito transmitir valores y fundar un arraigo cultural hacia el cacao”.
¿Qué es el Bean to Bar?
Calderón explicó que Bean to Bar es un movimiento que de manera novedosa busca hacer un chocolate diferente que lleve a los orígenes. La filosofía y los conceptos de este movimiento se basan en construir alianzas con productores de cacao, en donde su trabajo sea valorado y remunerado de manera justa.
Otro aspecto importante de este movimiento, y que ocurre en el momento en que entran los granos a la chocolatería, “es la producción en pequeños lotes, selección de los granos (eliminando granos defectuosos), tostado cuidadoso ajustado a cada tipo de grano y un conchado y refinado largo en máquina para destacar sabores y aromas propios del cacao que llevaran al comensal a una experiencia única”.
Por otra parte, le emprendedora sostuvo que tienen buenas perspectivas de crecimiento como negocio, ya que “este tipo de productos está asociado al nicho de amantes del chocolate con altos porcentajes de cacao que cada día va en aumento. Además, el hecho de trabajar con materias primas nacionales es de gran valor para cualquier empresa, lo que permite tener una producción segura y más estable en el tiempo”.
En tal sentido, detalló que reciben la semilla seca y fermentada de pequeños productores de cacao de las regiones del Sur del Lago, Barlovento, Paria y las costas de Aragua. “Como chocolateros vivir en un país de origen y productor de cacao es una oportunidad única y nos da la gran ventaja de crear alianzas valiosas y grandes relaciones de trabajo y amistad con productores de cacao, en donde podemos tener la certeza de que estamos procesando una excelente materia prima”, enfatizó.
Indicó que participan en algunas ferias en donde se muestran distintas propuestas productivas hechas por manos venezolanos. “Estos espacios son una ventana importante para nosotros, porque nos permite conversar con la gente, nos da ese privilegio no solo de explicar lo que hacemos y exponer nuestros productos, sino también de escuchar y comprobar la calidad constantemente a través de este feed back que obtenemos”, señaló Calderón.
En cuanto a las metas a mediano plazo para el negocio, apuntó el deseo de adquirir nuevas maquinarias que lesayuden a optimizar la producción artesanal sin perder los estándares de calidad.
También le gustaría participar en competencias de chocolate a nivel internacional, “para mostrarle al mundo que somos capaces de transformar una materia prima y convertirla en un producto de excelencia y estar entre los mejores chocolates Bean to Bar del mundo”, expresó.
Otra meta que les gustaría lograr es que en Venezuela se valore el chocolate Bean to Bar, como un producto premium y con calidad de exportación.